La ex ministra de Rafael Correa que huyó de Ecuador se esconde en Caracas (Venezuela) y solicitará asilo en la Argentina. María de los Ángeles Duarte fue condenada a ocho años de prisión por cohecho. Estaba refugiada en la embajada argentina en Quito y durante el fin de semana viajó en secreto hacia Venezuela.

Según trascendió, el Gobierno argentino no opondrá objeciones al pedido de la ex ministra de Correa, y espera sus próximos movimientos para acelerar la entrega de su pasaporte nacional que le permitirá ingresar al país sin demoras.

Asilo en una sede diplomática

El embajador argentino en Ecuador, Gabriel Fucks, habló con la ex ministra en las últimas horas. En ese conversación, Duarte le dijo a Fucks que se encuentra en Caracas y que se disponía a pedir el asilo en la sede diplomática de la Argentina en Venezuela. “Le quiero agradecer todo lo que hicieron por nosotros”, le dijo Duarte a Fucks antes de cortar la comunicación.

Duarte permaneció dos años en la residencia diplomática en Quito junto a su hijo, que tuvo con el cantante argentino Marcelo Pastore. A través de este vínculo familiar, Duarte solicitó el asilo que la Cancillería concedió y nunca pudo utilizar por decisión de Guillermo Lasso, presidente de Ecuador.

El caso por cohecho

A Duarte se le probó su participación directa en el caso sobornos 2012-2016. Se trata de una investigación judicial que reveló una trama de financiamiento irregular del movimiento Alianza País. Este grupo era una coalición política que encabezó Correa y que tuvo como una de sus principales protagonistas a Duarte, que entonces era titular de la cartera de Transporte y Obras Públicas.

En los expedientes se detalla que una asesora de Correa -llamada Pamela Martínez- llevaba un cuaderno de contabilidad que registraba los aportes ilegales de empresas privadas al aparato político del ex presidente. Entre esas compañías se encontraba la constructora brasileña Odebrecht, que enfrentó casos de corrupción en toda América Latina.

Lasso rechazaba el pedido de asilo solicitado por la Cancillería. En su argumento dijo que no existe ese beneficio legal para condenados por corrupción. Y por eso nunca concedió el salvoconducto que hubiera permitido a Duarte y su hijo abandonar la embajada argentina en Quito y tomar un avión rumbo a Buenos Aires.