El Gobierno de la provincia de Buenos Aires buscará este jueves aprobar una reforma educativa en el nivel secundario que brindará la posibilidad a los alumnos de pasar de año, pese a tener materias adeudadas.

Las calificaciones numéricas seguirán presentes, aunque coexistirán con el Registro Institucional de Trayectorias Educativas (RITE), que será con lo que se determinará –de aprobarse la iniciativa– si un alumno aprueba o no una materia y con lo que se clasificará el desempeño de cada trayectoria en: “avanzada” (TEA), “en proceso” (TEP) o “discontinua” (TED).

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Según una nota del diario La Nación, a partir de este nuevo esquema, los jóvenes podrán avanzar a pesar de tener materias pendientes de aprobación de incluso los primeros tres años de secundaria y permitirá rendirlas en otro momento bajo un ordenamiento de áreas de conocimiento.

La medida, que impulsa la administración de Axel Kicillof, señala que las asignaturas pasarán a estar organizadas en agrupamientos. Cada agrupamiento estará conformado por una o varias materias que entre ellas comparten un área del conocimiento. El cuadro de continuidad vertical de las trayectorias educativas se compone de ocho agrupamientos, que incorporan las asignaturas de los seis años de estudio del ciclo general. Uno de ellos, por ejemplo, se compone de las asignaturas ciencias sociales, historia y geografía.

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En cada agrupamiento, se podrán tener desaprobadas hasta dos materias; con la tercera materia pendiente, “se establece el recursado obligatorio solo de esa asignatura del año anterior”.

La mirada de los especialistas

Claudia Romero, doctora en educación, profesora e investigadora de la Universidad Torcuato Di Tella y autora, junto a otros especialistas, del libro Claves para mejorar la escuela secundaria (Noveduc), consideró que la reforma en la secundaria “no se aborda de manera integral”.

“Se focaliza en la evaluación y, dentro de ella, en la repitencia, a la que se le asigna la responsabilidad de la deserción de los estudiantes. Empezar por ahí es como empezar a construir una casa desde el techo”, dijo y consideró que hay que revisar el contenido de las materias y también de "otras formas de organización escolar vinculadas a los métodos, los tiempos, la formación de docentes y los diferentes modos de organizar la enseñanza".

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A su turno, Guillermina Tiramonti coincidió en que la escuela media necesita cambiar. No obstante, enfatizó en que las reformas deben ser de los contenidos: “Se sigue enseñando temas del siglo pasado y los actuales están ausentes. Hay que incorporar los nuevos saberes”.