Como en cada viernes en el curso de árbitros, los alumnos llegaron, firmaron una planilla de asistencia, observaron como Rubén Tapia a través de una pantalla gigante analizaba los partidos en los que había dudas en algunas jugadas, y participaron del debate del que también por formó parte el director del colegio, Carlos Salado.

Pero este día no fue como todos. Pasadas las 21, en medio de las designaciones para el fin de semana, había un joven sentado en el medio de la sala que espera sentado una sonrisa sin saber que llegaría una sorpresa para él.

Liga Tucumana de Fútbol: el Anual toma temperatura

Salado la tenía preparada y la dejó para el final. Junto al juez David Royano, Mauro Ezequiel Sánchez fue designado para el duelo que entre Deportivo Llorens y La Providencia. El salón estalló en un aplauso cerrado y todos fueron a saludar al debutante.

Sánchez tiene 30 años. Hace una década que comenzó a hacer el curso; paso por distintas divisiones y desde el 2017 no era asignado en una terna arbitral de Primera.

Visiblemente contento, con una sonrisa amplia, Sánchez caminaba de un lado al otro. Hace un tiempo a él le diagnosticaron síndrome de Asperger. Sin embargo, no hubo ninguna barrera que le impidiera lograr su meta.

Liga Tucumana de Fútbol: se sumaron a la segunda

“Sinceramente me siento muy bien. Es una felicidad muy grande por volver a estar en una terna de la máxima categoría. Estoy agradecido por el apoyo de mis compañeros y de los profesores”, dijo en el mano a mano con LG Deportiva.

- ¿Hace cuánto tiempo te detectaron síndrome de asperger?

Hace poco. Un psiquiatra me derivó a una psicóloga para que me realice un psicodiagnóstico y eso determinó que tenía asperger. Pero está todo bien, por el momento sólo hago terapias.

- ¿Cuándo decidiste dedicarte a esta profesión?

Desde chico hacía deportes pero nunca fui bueno. Un día vi una publicación en LA GACETA que llamaban a un curso de árbitros y me interesó. Me acuerdo que fui a la Liga, en donde me recibió el profesor Luis Barrionuevo, me hizo llenar una solicitud y a los pocos días comencé el curso. Para mí fue muy positivo porque me llevó a tener más seguridad de mí mismo. Aparte, disfruto estar dentro de un campo de juego. También durante ese tiempo, entre 2013 y 2015 estudie periodismo deportivo. Me faltó el último año para terminar esa carrera y creo que quedó como algo pendiente en mi vida. Pero siempre tuve un sueño a nivel arbitral que era llegar por lo menos a ser juez de Reserva o de Primera.

Anual de la Liga Tucumana: tres plazas en juego

- ¿Cómo viviste esta designación?

Fue algo muy lindo. Se me dio porque venía trabajando mucho de hace bastante tiempo. En 2017 debuté como asistente en Villa Mitre-San Pablo en Primera A y luego también estuve en Bella Vista contra Atlético. Pero hacía rato que no estaba en una terna.

- ¿De quiénes te acordaste cuando se dio esta nueva oportunidad?

- De mis padres Manuel y Adriana y de mis hermanos Patricio y Nahuel. Sin el apoyo de ellos, todo habría sido imposible.

Liga Tucumana: mucho fútbol en Tucumán

- ¿Cómo fue volver a arbitrar en Primera después de tanto tiempo?

La noche anterior casi no pude dormir. Después, cuando regrese, ya descansé mejor porque todos habían quedado muy conformes con mi trabajo en Reserva y en Primera, donde había sido asistente.

- ¿Cómo es Mauro en su vida cotidiana?

Soy de hablar mucho, pero tengo que entrar en confianza jaja. Generalmente, cuando estoy en casa escucho distintos tipos de música o veo algún partido de fútbol. Sino, cuando puedo, voy a ver como dirigen mis compañeros.

En su estado de WhatsApp, Mauro tiene una frase que lo pinta de pies a cabeza: “El que no lucha por lo que quiere, no merece lo que desea”. Él cumple a rajatabla esa cita. Luchó por sus sueños, peleó como ninguno y derribó miles de barreras; porque está claro que cuando se sueña en grande no existen imposibles.

PUNTOS DE VISTA

“Es un ejemplo para sus compañeros”

Carlos Salado

Director del Colegio de Árbitros de la Liga Tucumana de Fútbol

Cuando Mauro se presentó en la Escuela de Árbitros de la Liga Tucumana solicitando su inscripción para realizar el curso, consideramos que su interés era solamente educativo.

Con el correr de las clases fue demostrando ser un gran conocedor de las reglas de juego y obtuvo una muy buena calificación al recibirse al cabo de los dos años de cursado. Además, nos siguió sorprendiendo cuando al asistir a las clases de los árbitros en actividad los días viernes por la noche.

Estaba siempre presto a responder cualquier requisitoria reglamentaria que le proponía el licenciado Rubén Tapia y siempre lo hacía con gran conocimiento de las reglas y sus constantes actualizaciones.

Sus compañeros árbitros nos alentaban a designarlo en un equipo arbitral para algún partido. Pasado un tiempo Enrique Albornoz, que tiene a su cargo las prácticas con los alumnos jóvenes, le consultó si se sentía seguro para hacer su debut en una jornada de Divisiones Formativas.

Ante su respuesta positiva, comenzamos a darle partidos en compañía de otro árbitro más avezado.

Cabe comentar la enorme alegría que mostraba su rostro ante cada nominación.

Con el correr del tiempo, Mauro fue adquiriendo mayor confianza y solidez en su desempeño por lo que ya tiene su lugar en categorías superiores como asistente; sobre todo en partidos no considerados de alto riesgo.

Es un alumno excelente, muy inteligente que nos transmite permanentemente su humildad y bondad.

Es un ejemplo y una constante inspiración para sus compañeros. Para nosotros un permanente reto, pues no deja de sorprendernos fin de semana tras fin de semana su disposición emotiva favorable para esta dura actividad que muy pocos desean abrazar.

Nuestra expectativa y la de sus compañeros es que en algún momento deje de ser Maurito para ser Mauro, el árbitro del partido.

Las rutinas y las estructuras lo regulan

María Celeste Díaz Ledesma

Técnica Universitaria en Acompañamiento Terapeutico. Además de ser técnica nacional de fútbol y miembro de la Agrupación Soy Adulto TEA

La actividad física siempre mejora la calidad de vida. Es importante hablar de autismo alejándolo de la perspectiva médica hegemónica y acercándolo más a lo humano; hablando de capacidades, de intereses, de despliegue de talentos y de calidad de vida.

El deporte desarrolla fuerza y coordinación. En el movimiento se logra conciencia del cuerpo y se aporta en la organización espacio-tiempo. Además, ayuda a desenvolverse con otras personas y, dependiendo del juego, se generan alianzas, se emplea el pensamiento lógico y formal en estrategias, y desde temprana edad se consigue asociar cuerpo y mente; lo que ayuda significativamente en aspectos sensoriales propios del Trastorno del Espectro Autista (TEA).

En los primeros años de un niño es donde la neuroplasticidad permite un amplio aprendizaje y el desarrollo de la inteligencia. Se trabaja motricidad fina, gruesa, pensamiento crítico, el auto cuidado, etcétera. Hacer deportes colectivos o solitarios permite un desarrollo de habilidades físicas y mentales que se traducen en autoestima. Los objetivos y la disciplina en un deporte es algo que en una persona dentro del espectro lo regula. Las rutinas y las estructuras ayudan a controlar el ambiente.

Cada persona es única y los deportes también lo son; esto implica que para cada uno hay oportunidades de insertarse, dependiendo del perfil y los gustos.

En las primeras etapas del desarrollo de un infante lo que se recomienda son deportes que no tengan sobrecarga de competencias ni exigencias del tipo competitivo que puedan generar estrés, se necesita fomentar el juego, la participación en grupo, a medida que crecen, también crecerá la complejidad y se podrá observar si es necesario y posible pasar a la instancia de competición ya que hacer deporte no implica necesariamente ganar competencias. Lo importante es fomentar la búsqueda de aquel deporte que le genere bienestar, interacción y se pueda sostener en el tiempo.