Hoy, Rusia detuvo las exportaciones de gas natural a su país vecino Finlandia, debido a su decisión de oficializar su solicitud de ingresar a la OTAN y su negación por pagar el suministro en rublos. La noticia fue confirmada por la empresa energética estatal finlandesa Gasum y la empresa rusa Gazprom.

“Es muy lamentable que los suministros de gas natural en virtud de nuestro contrato de suministro ahora se detengan”, manifestó Mika Wilijanen, director ejecutivo de Gasum. Asimismo, comentó que la compañía se preparó para esta situación, por lo que no habría interrupciones en su red de transmisión, ni en el suministro en los próximos meses.

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"Las entregas de gas a Finlandia bajo el contrato de aprovisionamiento de Gasum han sido cortadas", dijo la empresa finlandesa por medio del comunicado y precisó que a partir de ahora el abastecimiento se realizará por el gasoducto Balticconnector, que conecta a Estonia con Finlandia.

Horas más tarde, Gazprom confirmó la interrupción del suministro al país con el que comparte 1.300 kilómetros de frontera, indicando que habían "parado completamente las entregas de gas (...) al final de la jornada del 20 de mayo" debido a que Gasum no había efectuado sus pagos en rublos.

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Gazprom.

En abril, y como respuesta a las sanciones occidentales, el Kremlin obligó que las entregas de gas sean pagadas en rublos y no en euros. A pesar de ello, Gasum rechazó la petición y, esta semana, solicitó procedimiento de arbitraje a la justicia.

Según la agencia de noticias AFP, el gas solo representa el ocho por ciento de la matriz energética de Finlandia. Sin embargo, la mayoría de las viviendas del país nordico utilizan el servicio proveniente de Rusia.

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Gasum.

Por esta razón, y con vistas al próximo invierno, Finlandia anunció que alquilarán una unidad flotante de regasificación de gas natural licuado por diez años junto a Estonia. "Esta terminal de GNL nos permitirá librarnos del gas ruso", incidió la ministra de Finanzas, Annika Saarikko, según reproduce la radiotelevisión finlandesa YL.

A partir de esto, Finlandia se convierte en el tercer país de la Unión Europea, tras Polonia y Bulgaria, que deja de recibir gas ruso por no aceptar las exigencias de Moscú.