Ernesto Lord corre pensando en otra cosa. ¿Imprudencia teniendo en cuenta que acelera a casi 200 kilómetros? No, lo que pasa es que el piloto de 27 años siente que tiene una deuda pendiente. “Siempre estuvo la idea de volver a correr en el Argentino. Aquella vez que lo corrí, en 2018, no fue el campeonato que esperaba”, explicó Lord.

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Por su rendimiento en lo que va de la temporada, los números establecen que Lord logra un equilibrio: puede concentrarse en el camino y, al mismo tiempo, apuntar al próximo año. Si es el ganador absoluto de la clase A-1 en las tres fechas del Campeonato Catamarqueño, además de campeón vigente de la N-1, es porque sus ganas de mejorar están movilizadas por ese endeudamiento. El salto de categoría también tuvo que ver con el perfeccionamiento que demanda correr en el Nacional. “El auto está a la venta. Ya estamos armando un Gol Trend para la clase Junior del Argentino 2023”, detalló Lord.

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Todo apunta a perfeccionar la máquina con la que se presentará a competir el próximo año. Actualmente, también pilotea un auto de marca y modelo idéntico al que se está construyendo en Córdoba. En la provincia mediterránea ya están armando la jaula de seguridad; caja y motor, también están comprados.

“No creo que demoremos tanto en el armado. Tal vez antes de fin de año ya lo estaré estrenando”, estimó Lord. Puede sonar ansioso, pero se entiende por las sensaciones que tiene. “Estoy en el mejor momento de mi carrera deportiva. Vengo acumulando experiencia y tengo confianza para encarar el nuevo proyecto”, destacó el papá de Felicitas que nació hace un año y un mes.

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La pequeña va en el auto de su padre cada vez que él compite. Simbólicamente, claro está, porque su nombre atraviesa todo el parabrisas delantero del potente auto amarillo y negro alistado por el Matarrese Competición. Si bien en la familia Lord el inicio de la vida “fierrera” lo marcó Ernesto, rápidamente todos entraron en sintonía. “Siempre me apoyaron. Mi papá Peter, mamá Pía, mi hermana Candelaria, mi hermano Santiago. Y hoy en día también mi propia familia con Sofía, mi mujer, y Felicitas. Mi suegro, Pedro; mi suegra, Raquel... siempre están pendientes y me alientan”, agradeció.

Y si de contención se trata, Lord encontró en su navegante, Maximiliano Karamatich, una confianza que se equipara a la que se tiene con un familiar. “Aporta una gran parte para que se den éstos buenos resultados. Tiene mucho ritmo de carrera y es claro en las notas. Sin su profesionalismo, no podría estar andando a éste nivel”, reconoció el avicultor.

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Entonces, repasando, Lord seguirá compitiendo en Catamarca hasta que el auto se venda, siempre con la atención puesta en el Argentino. El piloto, además, desea que el rally tucumano regrese. Si bien su agenda ya está bien definida, no deja de pensar en los caminos donde se formó. “Se extraña mucho correr en Tucumán. Somos unos privilegiados por los caminos que tenemos. Deseo de todo corazón que el rally tucumano vuelva a ser ese con un interesante parque de autos”, anheló Lord.