La identidad de un club tarda mucho tiempo en formarse, pero una vez que lo hace, se impregna de manera permanente. Y a Tucumán Rugby se le ha impregnado la de profesar un juego de paladar negro, agradable a la vista y predominantemente ofensivo. Aunque haya tardes en las que deba apartarse de su estilo y apostar por un juego más corto y áspero en virtud de las circunstancias, son la excepción y no la regla: del “Verdinegro” por lo general se espera rugby desplegado, dinámico y profundo, incluso de su pack de forwards.

Tucumán Rugby le debe a Julio Paz gran parte de lo que es

La eficacia ofensiva y el control de la pelota también le han servido como argumento defensivo (por esto de que no hay mejor defensa que un buen ataque), pero uno de los preceptos que el staff comandado por José Macome se ha impuesto es el de trabajar la faceta defensiva per se.

En la división de tareas, esa función ha recaído en una suerte de célula dentro del equipo de entrenadores, compuesta por Hernán Macome, Santiago Albiero y Patricio Ramasco, quienes desde 2020 y también durante 2021 tomaron a su cargo al equipo de intermedia, para luego enfocarse en el trabajo defensivo. Al de ellos se le suma el de Benjamín Macome en aspectos como el line defensivo.

En 2022 llegará el derecho de admisión a los clubes de rugby de Tucumán

Hasta aquí, los números hablan por sí solos: Tucumán Rugby, hasta aquí el único invicto, es el equipo que menos tantos recibió y, sobre todo, que menos tries recibió. Hasta la fecha anterior, solo dos veces había caído el ingoal de los de Yerba Buena, ambas en el debut ante Lawn Tennis. Luego, había estado cuatro partidos con el ingoal en cero (racha que ni el aplastante Tucumán Rugby del Clausura 2021 había logrado), hasta que este sábado, Universitario de Salta lo vulneró dos veces.

“Ni me hablés, fueron dos tries medio de mala suerte, en jugadas que no se podían preveer, pero de todos modos, creo que el trabajo defensivo igualmente fue bastante bueno, porque hubo momentos en los que estuvimos en inferioridad numérica y no nos pudieron entrar”, rescata Albiero.

Ciertamente, cuatro tries en contra en seis partidos es una muy buena cifra: el segundo mejor en ese rubro, Los Tarcos, tiene más del doble (9).

“Históricamente, el fuerte de Tucumán Rugby siempre fue el ataque. José (Macome) vio que había una necesidad de apuntalar la parte defensiva, y que había material para trabajarlo. Lo bueno es que los chicos tienen una capacidad de absorción muy grande. Lo que les decís, en un par de semanas lo tienen asimilado y lo aplican”, subraya Santiago.

Esa rapidez de captación resulta clave en el rugby amateur, donde los tiempos de entrenamiento son más bien acotados. “Es que hay tantas cosas que abarcar y es tan poco el tiempo, que tenés que priorizar. Solo el profesional, que se dedica todos los días, puede abarcar todo. Nosotros nos hemos priorizado en la defensa”, resalta. Hasta aquí, se ha notado.

Sin embargo, esa impermeabilidad tiene un lado B: la concesión de penales al pateador rival y las tarjetas. “Sí, estamos en un número de penales más alto del que teníamos en mente, así que la idea es bajarlo. Lo curioso es que la mayoría no son en defensa, sino cuando tenemos nosotros la pelota. Son más o menos los mismos penales, así que debemos trabajar en corregirlos”, reconoce Albiero.

Por lo pronto, Tucumán Rugby marcha sólido en la carrera clasificatoria del Regional “Julio Coria”.

Lo que viene

En las próximas tres fechas, en las que se completará la primera rueda, Tucumán Rugby tendrá partidos muy complicados: visitará a Old Lions en la 7, luego recibirá a Universitario y cerrará la rueda en Concepción ante Huirapuca