Gonzalo Cabrera Terrazas

LG Deportiva

Las imágenes erizan la piel. Una de las secuencias muestra cómo un jugador de Lince cae al ser tumbado por un rival de Los Tarcos en un partido de categoría M16. Derribado, sigue recibiendo una y otra agresión, hasta que logra incorporarse nuevamente. No hay una dirección correcta: por donde se vaya, recibirá algún golpe, al menos en ese casi minuto que duran los videos viralizados.

Batalla campal en un partido de rugby juvenil en Tucumán

Violencia en estado natural en un deporte que hace tremendos esfuerzos para despegarse de esa imagen que se potenció con hechos de público conocimiento. Los mismos protagonistas saben que lo que pasó estuvo mal, pésimo y lo reconocieron. Ambos planteles ya dieron un paso positivo. “La reflexión necesaria que estos hechos merecen ya la comenzamos a realizar cuando los jugadores de ambos clubes compartimos juntos el tercer tiempo. Sentados en la misma mesa pidiéndonos mutuas disculpas. Este deporte nos enseñó eso”, escribió en Instagram Máximo Pacheco, capitán de Los Tarcos. Su par de los “Grises” también coincidió. “Estuvo muy mal. La violencia no es algo que aceptamos, más que nada la evitamos porque esos son los valores que nos deja el deporte”, afirmó Federico Ariza Ygel.

Rugby regional del NOA: dos que dominan la escena

Julián Montenegro (ver aparte), árbitro del encuentro, suspendió en el segundo tiempo las acciones del partido correspondiente a la primera fecha del Torneo Iniciación “Isaías Farías”. No había otra alternativa luego de la pelea que se generó en la cancha N° 2 del club del exaeropuerto. Más de 50 personas, entre jugadores, cuerpo técnico y familiares, protagonizaron la violenta situación.

Violencia en el rugby: Pedidos, ante la violencia creciente

“Íbamos dos tries arriba y uno de mis compañeros tacklea. Ahí, ellos tiraron la pelota para agarrarla”, comenzó el relato Tomás Albornoz. El wing de Los Tarcos explicó qué fue lo que generó la batalla. “En ese momento, mi compañero hace otro tackle. Se levanta y uno de Lince, le pega con la pelota en la cabeza. Mi compañero, al recibir el pelotazo, lo empuja y un forwards de Lince viene corriendo y pega una piña en la cara”, detalló Albornoz. Y agregó: “empezaron los empujones y se metió gente. Éramos todos contra todos, más los padres y entrenadores”.

Los episodios de violencia vinculados al rugby siguen produciéndose. Esta vez, a diferencia de otras situaciones, el ámbito fue en la misma cancha y en pleno partido. La Unión de Rugby de Tucumán tiene injerencia plena en un caso como este, pero necesita de la colaboración de las instituciones. “No es suficiente que los clubes salgan a repudiar estos actos de violencia en las redes sociales y notas deportivas. Lo que está faltando es que los clubes y dirigentes se involucren, cualquiera sea su nivel”, comentó en Facebook, Joaquín Arch. El integrante de la Comisión de Disciplina de la URT se manifestó en el posteo que hizo en la misma red social el presidente, Héctor Corbalán Costilla. El directivo había replicado el comunicado que Los Tarcos emitió. “No deben tener miedo y sancionar al propio club”, escribió Arch. “Basta de esa conducta mal llamada ‘protectora’. Si una división se queda sin jugadores que sea así, porque de esa forma estaremos salvando al rugby”, fue taxativo Arch.

La solución tiene el mismo sentido que el espíritu de juego del rugby en el campo de juego: trabajo en equipo, pero asumiendo los roles con la seriedad que demanda una etapa de crisis.

Postura de Lince

Lince decidió manifestarse sólo por las redes sociales con un comunicado. “Lince Rugby Club manifiesta total repudio a los hechos de público conocimiento. Instamos a reafirmar los valores de nuestro querido deporte, es el momento para reflexionar con los jugadores sobre lo sucedido. Lince propone y seguirá trabajando para colaborar en la construcción de buenos jugadores y personas de bien”, dice el mensaje.

PUNTOS DE VISTA

No es la salida, no es una opción

Marcelo Pasqualini

Presidente de Los Tarcos

Estoy bastante sorprendido. Lamentablemente, estamos en una sociedad que está convulsionada por todo y en el rugby, al ser un deporte de contacto, creo que a la menor situación de no aceptar una decisión o algo, saltan estas cosas.

Lo lamento mucho por los chicos, porque son criaturas de 16 años. Creo que tenemos que trabajar mucho sobre estas cuestiones para que no se repitan. Tenemos una subcomisión de disciplina que ya está al tanto de los hechos y queremos atacar el fondo del problema.

Me comuniqué con el presidente de Lince, Jorge Juárez Chico, y le pedí juntar a las dos divisiones, en una hamburgueseada para que se reúnan y hablen de lo que ocurrió. Qué vean que esta situación no lleva a ningún punto.

Ese no es el espíritu de estos chicos, ni los valores que representa el rugby. Queremos que ellos entiendan que esto no es una salida ni una opción. Cometieron un error, como lo hacemos muchos. Hay que trabajar en ellos y sobre todo en nosotros, los grandes.

Un público con mucha hostilidad

Julián montenegro

Arbitro del partido

Todo comenzó con un tackle, que a la gente de Lince le pareció peligroso, pero yo lo vi como una acción lícita. Eso dio inicio a varios empujones entre los chicos, y empecé a tocar el silbato para tratar de calmarlos. Pero llegaron más jugadores y se descontroló todo.

Sinceramente, no sé si ese tackle fue el desencadenante de lo sucedido. Los chicos venían con los ánimos caldeados porque el público los alteró. Todo el partido fue un constante griterío. Eso es algo que se da todos los fines de semana. No es el deporte el culpable de esta situación. La gente tuvo gran parte de la responsabilidad de este hecho, porque yo me puedo equivocar cobrando, pero ningún error del árbitro justifica la reacción que hubo por parte de todos los presentes.

Nunca viví un episodio así. Es la primera vez en mis 10 años de carrera que me pasa. Creo que esto es un desencadenante de la pandemia. Hay demasiada hostilidad contra los árbitros, y eso a los chicos termina sacándolos del partido. Eso hay que revisar pronto.