El tenis es así: hasta que no se anota el punto decisivo, todo puede darse vuelta. Y así de pendulante está resultando la batalla entre Novak Djokovic y el gobierno australiano. De quedar a un paso del triunfo con la sentencia que lo habilitó a quedar en libertad y competir en el primer Grand Slam del año, el número 1 del mundo pasó a quedar match point en contra. Ya no solo se quedaría fuera del Abierto, sino que sería expulsado hoy mismo de Australia y podría enfrentar cargos de hasta cinco años de prisión por falso testimonio.

Lo que la madre de “Nole” había calificado como “la victoria más grande de su carrera” tras la sentencia del juez Anthony Kelly, comenzó a darse vuelta a partir de uno de los argumentos que sostenían su posición: al haber dado positivo en un PCR realizado el 16 de diciembre, Djokovic justificaba la exención médica al requisito obligatorio de estar vacunado para participar del Abierto australiano. La viralización de fotos que acreditaban la presencia del tenista en eventos públicos en días posteriores a la confirmación de su diagnóstico le valieron críticas y motivaron a una investigación más profunda, que arrojó nuevas irregularidades.

Por caso, en su formulario de ingreso, Djokovic negó haber estado en un país extranjero en los 14 días previos a su arribo a Australia, pero hay imágenes que lo muestran firmando autógrafos en Marbella a fin de año. De hecho, se investiga si Novak ingresó ilegalmente en España, ya que no se permite la entrada de extranjeros no vacunados salvo caso de “labor necesaria”, supuesto que no contempla el entrenamiento que llevó a cabo en Marbella.

Luego de las críticas, el propio Djokovic emitió un comunicado dando su versión de los hechos, reconociendo que su agente se había equivocado al llenar el formulario de ingreso y admitiendo que había concedido una entrevista al diario francés L’Equipe sabiendo que era covid positivo. “Cancelé todos mis eventos, excepto ese. Fue un error de juicio”, confesó el serbio. Sobre el error en el formulario, aseguró que no fue deliberado.

La confesión de Djokovic acerca de haber participado de una entrevista y sesión de fotos con L’Equipe cambió incluso el panorama con su propio país. Hasta aquí, el gobierno de Serbia lo había apoyado con vehemencia, pero la primera ministra Ana Brnabic advirtió que saltearse el aislamiento supone “una grave violación a las leyes del país”.