Roberto Rejas, el condenado por el femicidio de Milagros Avellaneda y la muerte de su hijo Benicio no pudo concretar el plan de fuga que había iniciado el 27 de septiembre. El ex guardiacárcel habría planeado cruzar a Bolivia y mantenerse allí oculto, pero no tuvo en cuenta dos detalles. Primero, que no contaba con el dinero suficiente para costear su clandestinidad en el vecino país. Segundo, que los pesquisas habrían estado al tanto de sus planes y que lo esperaban en la zona limítrofe.

Rejas, recapturado: en Salta no le sacan los ojos de encima al condenado

Por otro lado, se conocieron detalles de la vida que tuvo en el camping salteño donde lo detuvieron. Recapturado, el ex guardiacárcel permanece alojado en la Alcaldía General Nº 1 de Salta, una unidad penitenciaria con capacidad para 300 internos ubicada en la zona norte de la capital.

Con custodia

Rejas volvió a pasar la noche bajo custodia policial, esta vez en la vecina provincia de Salta, detrás de los barrotes de un calabozo y bajo la atenta mirada de guardias. Por estas horas las autoridades tucumanas y salteñas coordinan el traslado del hombre condenado a prisión perpetua por los crímenes de Milagros Avellaneda y Benicio Coronel, su hijo.

Rejas ingresó a su “guarida” vestido como enfermero

En el lugar que habitó por nueve noches, todavía permanecen algunas pertenencias de Rejas. El condenado fue recapturado por los efectivos de la Policía de Salta y en la cabaña quedó medio paquete de galletas de agua, una pasta dental, un frasco de edulcorante, agua mineral, productos de limpieza personal, una cama destendida y una par de ojotas. “Él tenía la heladera llena de comida. Cuando lo trajeron le dejaron carnes y un montón de cosas más para que se alimente”, comentaron los habitantes del predio.