Ascendido a Primera en 1965 y con sólo dos descensos, en 1981 y 2014. Subcampeón de la Copa Sudamericana 2019 (jugó siete copas internacionales, incluyendo a la Libertadores). Colón es un grande del fútbol del interior. Se habrá afiliado directamente a la AFA en 1948 y, con ello, se habrá medida seguido con la mayoría de equipos oriundos de Buenos Aires que dominaron la escena por años. Pero lo suyo es una golpe de magnitud del fútbol de la Argentina profunda, quizás todavía más fuerte que el que dieron sus comprovincianos Newell’s y Central cuando ganaron títulos en la máxima categoría. Es que el “Sabalero”, también conocido como el “Negro”, o “Raza”, es el fruto de la resistencia de una ciudad, un grito de rebeldía de los estratos sociales más populares. Colón es ese que, en 1964, le ganó al mismísimo Santos de Pelé, iniciando la leyenda del “Cementerio de los Elefantes” para su estadio del barrio Centenario, oficialmente denominado “Brigadier General Estanislao López” y que antes se llamó “Eva Perón”.

Colón: dueño de la Copa y de la alegría

Colón, subcampeón en 1997, esta vez no dejó dudas. Fue el que mejor jugó en la Copa de la Liga Profesional, contando con el aporte de una inestimable “conexión tucumana”. Los ex Atlético Luis Rodríguez, Rodrigo Aliendro y Bruno Bianchi, y el ex San Martín, Lucas Acevedo, inscribieron sus nombres en esta gesta rojinegra. Colón se subió a una cima a la que hace un buen tiempo venía mirando de cerca. Es que hay procesos que, cuando son serios, se coronan con el éxito.