Las volutas de humo tabacal ejercitan pensamientos. Sueños. Ideas. También noticias. Teclean en la Lexicon 80. En la biblioteca de su departamento. En la redacción. En su casa circular de San Javier imaginada por Eduardo Sacriste. Páginas de libros recorren el goce de la lectura, de la investigación, del desvelo.

Sangre siria fluye por sus venas. Su padre adolescente, llega de Oms huyendo de guerras tribales y se instala en San Pedro de Colalao. Rapta a una bella muchacha de 14 años y se radican en Leales, donde germinan siete changuitos. Él llega al mundo el 1° de noviembre de 1933. Los mandan a estudiar a la ciudad. Se instalan en una casa de la calle Buenos Aires al 700.

Un maestro, siempre

El Gymnasium Universitario, creado en 1948, lo cuenta entre sus primeros alumnos. La impronta humanista de la institución le deja una huella y lo arrima a las artes escénicas. No es extraño que acerque sus inquietudes al Teatro Estable de la Peña El Cardón, que conformaban Víctor García, Miguel Ángel Estrella, Rosita Ávila, Raúl Serrano y Jorge Wyngaard, donde realiza sus primeras escaramuzas actorales. La Facultad de Filosofía y Letras lo hace profesor. LA GACETA le abre las puertas del periodismo en las mocedades. La sección Deportes es su primer despertador. Se destaca rápidamente por su talento. Sigue su camino periodístico hasta llegar a la jefatura de la sección Educación. El diario Clarín lo convierte en su corresponsal hasta su jubilación.

Entre tanto, una bella nadadora y profesora de Historia sabotea las últimas defensas de su soltería y lo embosca en el matrimonio. Teresita Bernasconi es la mujer de su tiempo.

Las terribles aventuras de Cuenca, su obra de teatro para niños, recibe un premio nacional en 1966. Obtiene la primera mención de la Peña Argentina de Poesía (Buenos Aires); la primera mención en el Concurso de Poesía de la Comisión de Cultura de Tucumán; y un premio en el Concurso de Cuentos de la Dirección de Cultura de Tucumán. Escribe ensayos, también cuentos, poemas, cuyo destino desafortunado es el cajón. La lingüística le muestra un camino. Saussure, Chomsky, Hjelmslev, Jakobson, Bloomfield, Bajtín… le revelan un universo. Es profesor asociado en la cátedra de Lingüística en Filosofía y Letras.

La dictadura

La última dictadura militar le mata a un sobrino. Se solidariza con la protesta de un pequeño grupo de alumnos que reclama la reincorporación del profesor Atilio Billone, echado por el gobierno de facto. Ante el advenimiento de la democracia, rechaza el ofrecimiento de ser nombrado titular de la cátedra sin rendir concurso, que han aceptado varios de sus colegas.

Sacriste, en notable arquitecto, es uno de los amigos más queridos, también el matrimonio de Elena Guraiib y Antonio Ahualli. “En alguno de los viajes de mis viejos a Europa, la Tere y Roberto ofrecieron hacerse cargo del ‘piojoso más chico’, o sea yo. Ese tiempito de estar en su departamento de la avenida Sarmiento significó aprender disciplina y recibir el cariño de unos padres postizos. Tengo recuerdos entrañables como cuando me hacían dormir entre los dos; ellos disfrutaban contar esa anécdota del Gustavito inquieto de aproximadamente cinco años que para despertarlos les ponía los pies en sus caras… La Tere era la histriónica, mientras Roberto, con su personalidad discreta y moderada era la verdadera autoridad. Ella hablaba y decía, él, de alguna manera, orquestaba”, evoca el barítono Gustavo Ahualli, radicado en Washington.

Referente insoslayable

En Filosofía y Letras, funda y dirige el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Política y Planificación Lingüísticas. “Nos enseñó a cuestionar relaciones entre el lenguaje humano y los procesos sociales-culturales. Creó la cátedra de Sociolingüística en la que trabajó ad honorem durante años. Fue para mí un orgullo asumir la docencia en su cátedra. Tu ética inclaudicable será siempre una referente insoslayable”, dice la doctora en Letras, Isabel Requejo.

Alto de estatura, bajo de perfil, defensor de sus principios, reservado, los 87 años del profesor Roberto Juan García se apagaron ayer, siguiendo la senda de Teresita, que se fue al silencio hace pocas semanas. Dicen que ese final suele suceder con las parejas que se aman demasiado.