Paresh Dave

Agencia Reuters

La decisión de la junta de supervisión de Facebook de extender el destierro en la red social del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump no resolvió cómo equilibrará la libertad de expresión de los líderes políticos y su responsabilidad de asegurar que los discursos de odio no inciten a la violencia.

La junta de 20 personas, que incluye juristas, activistas y un ex primer ministro, elogió la suspensión temporal de Trump en Facebook, pero dijo que la empresa necesita hacer mucho más para prepararse para situaciones políticas volátiles.

El tema toma especial relevancia en países como India, Brasil, Myanmar y Filipinas, donde sus líderes políticos han recurrido a la red social para avivar el odio o difundir desinformación, con consecuencias mortales, según informes de Naciones Unidas.

La junta elogió a Facebook Inc por evaluar las acciones de Trump durante el ataque del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos, bajo el paraguas del Plan de Acción de Rabat, prueba aceptada a nivel mundial para distinguir incitación al odio y la violencia de la libertad de expresión.

El plan de Rabat de seis puntos considera el contexto y la intención del discurso, el hablante, el contenido en sí, su alcance y la inminencia de daño. Trump dijo a los manifestantes en un video de Facebook que eran “muy especiales”, incluso cuando algunos todavía estaban irrumpiendo en el Capitolio. La cuenta del republicano tenía 35 millones de seguidores.

La junta concluyó que Trump usó su autoridad presidencial en el lenguaje comunicativo en apoyo de los atacantes, y su violación de las políticas de Facebook contra la glorificación de la violencia fue grave en términos de sus daños a los derechos humanos.

La junta reprendió a Facebook por no tener un proceso para determinar cuándo deben restablecerse los privilegios de Trump. Le dio seis meses para decidir sobre el estatus del ex mandatario e instó a la empresa a desarrollar una política para manejar crisis. Facebook respondió que está revisando los comentarios.

La suspensión de Trump fue la primera vez que Facebook bloquea a un presidente en ejercicio, primer ministro o jefe de Estado. En marzo, expulsó al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, durante 30 días por difundir información errónea sobre la covid-19. Su gobierno calificó la sanción un “totalitarismo digital”.

Facebook ha dado margen de maniobra a los líderes políticos porque lo que dicen es de interés periodístico e importante para el funcionamiento de los gobiernos.

Convenciones de Naciones Unidas sostienen que la libertad de expresión es un derecho fundamental y por lo tanto la gente no debe estar sujeta a un bozal arbitrario por parte de Facebook. La empresa se comprometió con la defensa de estos derechos humanos en un informe presentado en marzo que incluye informes de seguimiento.