El Museo Casa Histórica de la Independencia pasará a llamarse como siempre se conoció: la Casa Histórica. Y junto a la nueva marca funcionará un logotipo que no será la emblemática fotografía de la fachada a dos colores, sino un diseño de ella.

No se modificará únicamente el símbolo: la directora de la institución, Cecilia Guerra, le contó a LA GACETA que se está trabajando en una muestra principal distinta a la que se exhibía, con un guión renovado que agrega, y no resta, datos y personajes a los que ya existían.

De todos modos, por el momento, la reapertura de los museos nacionales se ha iniciado a cuentagotas; parcialmente lo han hecho el Museo Nacional de Bellas Artes y el Yrurtia (en la Capital Federal), pero en Tucumán se está aún en el paso de comenzar a discutir los protocolos de bioseguridad con autoridades de la Nación y de la Provincia. “La visita a las salas será muy acotada para poder respetar el distanciamiento establecido. Con turnos y horarios acotados se podrá ingresar a nuestros jardines y patios que son muy lindos”, acotó la funcionaria, que desea esa realidad para un futuro no muy lejano.

La pandemia no ha detenido los debates y proyectos virtuales sobre la casona de Congreso al 100. Pocos días antes de la cuarentena se habían reparado los techos del área de reserva (en marzo, y tuvieron tiempo de prueba) y los baños para evitar los problemas del agua, de los que el público se quejaba. Quedan pendientes la construcción de un salón de usos múltiples y los baños accesibles, que son obras importantes, pero que dependen del presupuesto.

“El guión que hizo la historiadora Noemí Goldman es buenísimo en cuanto a lo histórico, no hay una queja en ese sentido. Pero hay cuestiones de la vida cotidiana o social que no han sido tomadas en cuenta; nos gustaría reformar toda la muestra y que esté más orientada a estos aspectos, porque finalmente era una casa, y también para mostrar el patrimonio que tenemos en el museo”, respondió Guerra a LA GACETA.

No puede soslayarse que el tema del guión viene de un gran debate entre diferentes posiciones desde hace varios años, lo que tuvo implicancias políticas. En 2015 comenzó a modificarse, con la participación de Goldman y expertos del solar histórico. Se incorporaron los pueblos originarios y las rebeliones calchaquíes, según contó la entonces directora de Patrimonio y Museos Nacionales, Araceli Bellota. Posteriormente, cuando asumió Américo Castilla, hubo un nuevo orden en el relato. Esta sería la tercera modificación o agregado al guión en los últimos cinco años.

- Cambia de marca, nombre...

- Es la nomenclatura la que se modifica, su identificación para las redes sociales. Se llama como siempre se conoció, es decir, la Casa Histórica. Pero el museo sigue llamándose en los papeles y en su identidad formal como hasta ahora, es decir Museo Nacional de la Independencia. Todo esto mejora la comunicación visual de la institución ante todos los actores que se sienten identificados.

- Decías que había otros proyectos...

- Desde que asumí siempre tuvimos la idea de hacer un museo accesible e inclusivo, ese era mi pensamiento. En cuanto al guión, queremos que estén reflejados actores que han sido invisibilizados en la historia. Y hacer un espacio cultural para que sectores y actores que no se han visto incluidos en el museo o que no sintieron que tenían un lugar aquí, también se incorporen. Están pendientes de realización los baños accesibles y el salón de múltiples usos, pero lo vamos a concretar con la colaboración del Ministerio de Cultura de la Nación y de la Dirección de Museos.

Fundamentos

“En la nueva marca visual y sistema gráfico resulta esencial establecer los conceptos de Diversidad, Inclusión, Ciudadanía, Diálogo y Pluralidad”, fundamenta en un texto el diseñador de la institución, Javier El Vázquez.

El creativo describe que la marca nominal actual presenta una extensión por demás larga que dificulta el diseño de un logotipo equilibrado. Y agrega que el frontis (fachada) del edificio está presente en muchas identidades gráficas de organizaciones públicas. “Renominar la marca es necesario para mejorar el grado de comunicación visual con la sociedad y con los actores que se vinculan con la institución”, añade el diseñador. La marca actual presenta incongruencias en cuanto a quién nomina, si al museo, al monumento o al símbolo, indica.

En 2009 el Gobierno de Tucumán presentó el diseño de la marca de la provincia y el proyecto que se aprobó era una síntesis del frente del edificio con los colores de la bandera nacional. “Pero la marca nominal ha sido un problema. Está formada por un conjunto de palabras que en su planteo no representaba más que ambigüedades en cuanto a quién o qué cosa nominaba”, explica Vázquez.