Jesús María Amenábar, el médico tucumano con covid-19 que escribió una carta dirigida al personal de la salud y que rápidamente se viralizó a través de las redes sociales, se encuentra en estado delicado. 

“El doctor Amenábar es nuestro referente en cirugía en Tucumán y también a nivel nacional; es una persona que se dedica en forma especial a los pacientes", comenzó diciendo esta mañana el director del Centro de Salud, Marcelo Ferraro, según cita la página de Comunicación Pública.

Y agregó que "en este momento su situación es un poco complicada, pero tenemos fe y estamos luchando para que pronto pueda recuperarse".

Amenábar, días atrás, había publicado una carta en agradecimiento a los médicos que lo estaban atendiendo. "Los que me están tratando son héroes y heroínas de la salud, como los granaderos a caballos con Güemes y Azurduy. Nadie los conoce. No salen en los diarios. Entran a la boca del lobo a riesgo de morir por covid y dejar hijos huérfanos a salvar vida de gente que no conocen", expuso Amenábar.

La carta de un médico tucumano con coronavirus a sus colegas: "son héroes anónimos"

En esa carta de agradecimiento, el cirujano y referente del Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud de Tucumán, también había apuntado y compado los sueldos que gana un profesional de la Salud con algún empleado estatal. 

"Un nabo semioligofrenico entra de raso a alguna repartición pública con el único riesgo de desarrollar callos glúteos sentado en un escritorio, acomodado por un puntero y gana cuatro sueldos de esa empleada", puso.

"Una empleada de limpieza cobra $19.000; 30.000 una enfermera; o 70.000 un médico", se manifestó el médico que tomó trascendencia al inicio de la pandemia por denunciar irregularidades en el Centro de Salud. "Los quiero a los residentes. Deben estudiar Inglés e irse. Esto no tiene arreglo", siguió.

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Sus dichos motivaron la reacción de la farmacéutica Rosana Herrera de Forgas, que desde su cuenta de Facebook también le dedicó una carta abierta."Yo soy (o fui hasta hace muy poquito) una servidora pública, agente estatal o cualquier otra denominación que me corresponda pero de ninguna manera soy una 'nabo semioligofrénica... con el único riesgo de desarrollar callos y glúteos sentada en un escritorio', como usted define a los empleados públicos tan genérica como despectivamente. Quiero recordarle que yo, seguramente igual que usted, entré a trabajar en el Estado Provincial sin rendir concurso como tantos otros ciudadanos en tantas reparticiones estatales y privadas. Aunque hasta es probable que de existir ingresos por evaluación de antecedentes y examen usted y yo los hubiésemos aprobado con honores, ¿no cree? Pero nunca lo sabremos", le respondió Herrera.