Respecto del acompañamiento que deberían hacer los padres a los chicos cuando leen, la escritora y profesora de literatura Ana García Guerrero hace hincapié en que es fundamental a la hora de incluir a un niño en el mundo literario.

“No se puede transmitir, transportar, hacer ese intercambio con el otro, sobre todo si ese otro es un chico, si uno no sabe de qué le habla cuando le dice que lea. El niño precisa otro lector. Necesita alguien que sepa, no que sepa cosas, sino que sepa qué pasa adentro de ese libro”, enfatizó.

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El niño, en su intento por pertenecer al mundo adulto, sigue con su conducta las acciones que ve en los mayores que lo rodean. Es por eso que García Guerrero pone tanta energía en este punto. Para ella, que un niño se inicie en la literatura es imposible si no recibe eso de sus padres; pero no desde la palabra, sino desde la acción.

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“Si el otro no es un lector no hay manera de inculcar eso en un niño. Si le dicen a su hijo que es bueno leer, pero no lo hacen, el niño no lo recibe. ¿Por qué tendría que ser positivo algo que no practicaron jamás? Es como que el mundo tiene cifrada la promesa de que si el chico lee algo mágico, cosas importantes van a ocurrir”, destacó.

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Otra experta consultada por LA GACETA, la doctora en Letras y directora de la Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán (Edunt), Rossana Nofal, fue por el mismo lado: el hábito lector se transmite acompañado con una postura interior hacia la lectura que el niño debe ver, recibir. “Leer por el disfrute mismo de leer, de eso se trata, eso es lo que contagia, seduce y conmueve. Sólo se transmite desde la pasión o desde el afecto; lo demás es sólo repetición ritualizada de lo mismo”, dijo Nofal.

Recomendaciones

Guadalupe Puig, a su vez, explicó que su criterio para la elección de contenido es aquello que elijan las mismas chicas, una línea que va de la mano con no imponerles nada, pero sí de incentivar el consumo de algo.

García Guerrero no apuntó a un libro en particular para recomendar. Según ella eso depende del lector que se esté iniciando, aunque sí resolvió que lo mejor en estos casos son los clásicos. “Son lo mejor porque contienen todo lo que uno quiere encontrar cuando es niño”, sostuvo. Además destacó el trabajo de los escritores argentinos. “La literatura infantil aquí tiene una galería impresionante que se puede ver en Ema Wolf o Liliana Bodoc, por ejemplo”, explicó.

Por su lado, la doctora Nofal expresó que su primera recomendación siempre es “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, un clásico de la literatura latinoamericana. “Sumo a Amélie Nothomb, con la ‘Nostalgia de ser feliz’. Y para las urgencias van los cuentos que me gusta leer con público: ‘El mundo ha vivido equivocado’, de Roberto Fontanarrosa, ‘Noche de epifanía’, de Abelardo Castillo, y ‘Cosas que pasan’, de Isol”.