“Estamos conmocionados con lo que pasó, es un horror. Hay mucha bronca por tratarse de una niña pequeña”, adelantó Mariana Cirelli, responsable de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf), sobre el caso Érica, la nena de tres años que murió el viernes tras un caso de violencia infantil en barrio Villa Urquiza, de la capital.

La funcionaria explicó cómo intervino el organismo a lo largo del caso. “Trabajamos desde un primer momento con la familia en un proceso de protección integral de derechos; se los acompañó desde distintos aspectos: psicológicos, sociales, habitacional y material; dado que había integrantes en situación de calle o con problemas de adicción”, contó. Por otro lado aseguró que “siempre se trabajó de cerca y articuladamente con cada juez de Familia, como en todos los casos, porque ellos hacen un trabajo muy comprometido, al igual que la Dinayf con todos los niños niñas y adolescentes (NNA)”.

Cirelli indicó que en los últimos días se trabajó junto a otros organismos para resguardar a las hermanas y tías de Érica, que también son menores de edad. “Conjuntamente con el Juzgado de Familia tomamos la medida excepcional de separar a las niñas del grupo familiar. Fue de un momento a otro salir a ver cómo se encontraban esas niñas y tomar la medida de ponerlas al resguardo”, aseguró.

Según explicó la funcionaria, las demás niñas fueron alojadas en un centro asistencial, donde recibieron la atención necesaria. También se aplicó el protocolo preventivo de Covid-19 para que luego pudiesen ser alojadas en un hogar. Por otra parte, dijo que todos los detalles del caso serán aportados a la investigación de la Justicia.

“Siempre se trabaja con un equipo de profesionales altamente calificados que velan por el cuidado de los NNA, pero lamentablemente estamos ante una tragedia que ocurrió de un momento a otro. El hecho de violencia era nuevo para lo que veníamos tratando en el caso de esta familia”, detalló Cirelli, quien además recordó que cualquier vecino que conozca situaciones de maltrato infantil puede dar aviso al 911 o a la línea telefónica 102. “Debemos redoblar los esfuerzos con los equipos técnicos para poner todo lo que esté a nuestro alcance para asistir a las familias en estas situaciones”, añadió.

Cirelli resaltó que la violencia doméstica se agudizó durante la cuarentena. “Se atravesó un contexto de aislamiento donde las familias que eran sostenidas por redes comunitarias quedaron alejadas. Muchas sufrieron la falta de contención y de ingresos económicos”, cerró.

Vecinos

“Fui a comprar comida y me encontré con la escena policial. Hay vecinos que cuentan que la chiquita tenía poco pelo, porque los abuelos por cualquier cosa la mechoneaban. Toda la cuadra está indignada”, contó Carlos Faciano.

“Estoy dolida con la Sala Cuna, ellos debían venir a controlar y ver cómo estaba la chiquita”, advirtió Olga Pereyra, quien también aseguró: “acá a los únicos que vi que hicieran algo por la gente del barrio son los pastores evangélicos”.

El caso Érica

1- Érica y sus hermanas fueron apartadas de su madre cuando vivían en Banda del Río Salí. Los vecinos dijeron que nadie cuidaba ellas.

2- Tras vivir un año en la Sala Cuna, las niñas se mudaron con su abuelo, pero a los seis meses se le negó la guardia legal al hombre.

3- Los abuelos tenían antecedentes de violencia. Érica, que nunca fue retirada de ese entorno, murió el viernes por lesiones.