Tras ser capturado en Simoca, Alejandro “Pila” Paz fue conducido hasta la morgue, donde hasta el cierre de esta edición, el cuerpo de su pareja, Alba Silva, continuaba en observaciones. Los médicos forenses realizaron los estudios pertinentes para intentar comprobar la hipótesis que apunta a que el sospechoso sería el autor del femicidio. También allí se le realizó una pericia psicológica.

La Fiscalía investiga los motivos por los que se dirigió a la casa de su padre, ubicada en Güemes y Superí, donde habría pedido prestada una amoladora, momentos antes de darse a la fuga. Según manifestó Paz ante la Justicia, quería esa herramienta para quitarse la vida.

Fuentes judiciales le aseguraron a LA GACETA que Paz había cumplido hace poco una condena por intentar asesinar a otra mujer.

Según la investigación policial, Paz y Silva habían pasado la noche del domingo en la casa de un amigo taxista, en pasaje Japón al 1.200. Estaban cuidando la vivienda desde hacía cinco días. Durante la madrugada del lunes, Paz habría asesinado a la mujer, utilizando una maza de albañil. En el registro telefónico del hombre figura una llamada a su hijo, a quien le habría manifestado intención de suicidarse.

El propietario de la vivienda, Hugo Cuevas, fue acompañado por la Policía y encontró a Silva sin vida y con graves signos de violencia en su cuerpo. Estaba desnuda en una habitación. Los peritos secuestraron la maza. Luego, Paz se dirigió al domicilio paterno en la esquina de Güemes y Superí, y después huyó.

Horas más tarde, los policías lo hallaron deambulando por las calles de Simoca, ciudad de origen de Alba Silva y hogar de algunos familiares del detenido. El hombre caminaba con el torso desnudo y presentaba signos de haber intentado ahorcarse