1- Desde niño se hacía notar

En Tafí Viejo, la ciudad donde vivió Luis Rafael Piccinetti, todos hablan de él. Los habitantes de esa ciudad lo recordaron como una persona sin maldad, amable e introvertido. “Cuando lo involucraron en el crimen no podíamos creer. Él nunca mostró ser violento; al contrario, colaboraba con los vecinos permanentemente”, explicó Marcos Monteros. Julia Albarracín agregó: “digamos que él era conocido en la ciudad, no sólo por ser el acusado del crimen, sino por su personalidad y arrogancia. Desde muy chico mostró sus dotes. Las chicas de la época sabían muy bien que era un conquistador nato”. “Tuvo una infancia como la de cualquier taficeño. Jugaba al fútbol, salía con las chicas del barrio y de otros lados que venían a bailar aquí. Era un ganador para todo. Lo que se proponía, tarde o temprano, lo conseguía”, señaló Mario Pedraza. “Y ahora todos se acuerdan de él, cuando cayó en desgracia.”, aseguró enojado Mario Moya.


TESTIMONIO. Cristina Balmaceda, la esposa de Piccinetti declaró en el juicio.

2- Un “profe” introvertido

Piccinetti, según confiaron los vecinos, de la noche a la mañana se transformó en instructor de aerobics. “Él decía que tenía un título, pero nunca trabajó en una escuela. Evidentemente consiguió uno de esos certificados que daban a los que enseñaban ese tipo de gimnasia. En esos tiempos comenzaba a explotar el tema de la actividad física y la vida sana”, dijo Luciano García. El prófugo habría trabajado en diferentes gimnasios de Tafí Viejo, pero se tuvo que ir por los problemas sentimentales que habría tenido con algunas de sus alumnas. “Era un tipo normal, padre de familia y siempre decía que amaba a su esposa, que era lo mejor que le había pasado en su vida”, dijo Josefina Martínez. Piccinetti se había casado con Francisca Balmaceda, con quien tuvo varios hijos. “Llevaba una vida normal, pero todo el mundo sabía que la engañaba”, contaron los vecinos.


DESAPARECIO. En estos locales funcionaba Mana Gym, el gimnasio que abrió Piccinetti en Trancas. ARCHIVO LA GACETA

3- Trancas cambió su vida

A principios de 2007, un Piccinetti simpático y arrollador comenzó a caminar por las calles de la población ubicada al norte de la provincia. Se hizo conocido por haber abierto el primer gimnasio en esa ciudad. “Mana Gym generó conmoción en el pueblo. Nunca nadie había decidido desarrollar un emprendimiento así. Muchas mujeres comenzaron a ir y, como Piccinetti caía bien, más personas se entusiasmaron con la actividad física. Después comenzaron los rumores y los problemas”, explicó Hugo García, un productor rural que hace años se mudó a Rosario de La Frontera. Otros vecinos dijeron que antes del crimen del productor Sales, en las calles circulaban rumores de amoríos furtivos. “Hubo varios hombres que fueron a pedirle explicaciones. El finado Salas lo esperó en un lugar y lo agredió a golpes. Le dio una paliza bastante fuerte. Dicen que él ni se defendió”, comentó Juan. Después del caso, el gimnasio cerró sus puertas y el local donde funcionaba se transformó en un sitio de consultorios médicos.


4- Un crimen conmocionante

El 15 de julio de 2017 el productor Salas fue encontrado por su esposa Silvia Raquel Lai sin vida y en medio de un charco de sangre. Las pericias determinaron que había fallecido por los fuertes golpes que había recibido en la cabeza. Sospechaban que el arma asesina era un elemento contundente que no fue ubicado en la escena del crimen. La viuda dijo que creía que habían sido ladrones que habían ido a buscar un dinero, pero de la vivienda no se llevaron nada. La compungida esposa de la víctima le dijo una y otra vez a la policía que ella no escuchó ni vio nada extraño, porque se encontraba en la parte superior de la vivienda durmiendo en la habitación de uno de los cuatro hijos de la pareja.


5- Los celulares hablaron

La investigación parecía estancada, pero la fiscala Adriana Giannoni pudo esclarecer el caso con el informe de la compañía de celulares sobre las comunicaciones que había tenido Lai en los días previos al homicidio. Descubrió que tenía decenas de llamadas y centenares de mensajes de texto (en ese tiempo no había WhatsApp) con otro número que -luego corroboró- pertenecía a Piccinetti. También descubrió que ambos habían mantenido contactos antes y después del horario en el que se cometió el homicidio. Con esos datos, la fiscala le ordenó al comisario Carlos “Charquiao” Páez que indagara en Trancas sobre qué tipo de relación mantenían los dos sospechosos. El oficial consiguió la confirmación de varios testigos: Piccinetti y Lai eran amantes.


LA INVESTIGADORA. La fiscala Adriana Giannoni sumó indicios para acusar a la pareja de amantes. ARCHIVO LA GACETA

6- La declaración interminable

Con esos elementos, Giannoni y Páez allanaron la vivienda del sospechoso. Allí encontraron prendas de vestir que, pese a haber sido lavadas, tenían manchas de sangre. También descubrieron el faltante de una mancuerna que fue hallada a los pocos días cerca del balneario El Boyero por los hombres de Páez, que nunca supieron explicar cómo llegaron hasta ese lugar. Las pericias determinaron que ese elemento había sido utilizado para quitarle la vida al productor agropecuario. La fiscala los acusó de haber sido los autores del hecho. En Tribunales aún recuerdan el paso del imputado por la fiscalía. “Estuvo declarando varias horas. Empezó cerca de las 22 y terminó como a las tres de la mañana. Fiel a su estilo, negó todo e intentó hacerse el pícaro con la doctora (Giannoni), pero Carlos Bustos Morón (ex secretario judicial ya fallecido), lo ubicó rápidamente”, comentó un ex empleado de la fiscalía. La investigadora lo señaló a él como el autor material y a ella, como la que planeó todo. Con las pruebas que recolectó, consiguió que fueran enjuiciados por homicidio agravado por alevosía.


TRAS LAS REJAS. El imputado daba clases de gimnasia a sus compañeros de encierro e integraba el coro de la cárcel. ARCHIVO LA GACETA

7- Sus días más difíciles

“Soy como un pájaro. Necesito vivir libre”, le dijo Piccinetti a LA GACETA. También reconoció que vivió una pesadilla durante sus días de encierro y que no estaba dispuesto a sufrir de vuelta por las incomodidades que debían padecer su esposa e hijos cada vez que lo visitaban en la cárcel. Antes de ser trasladado al penal de Villa Urquiza, en el calabozo de la comisaría de Tafí Viejo les daba clases de gimnasia y hacía coreografías con sus compañeros de encierro. En la cárcel, además de educarse, leía muchísimo. “Tenía una debilidad por leer los diccionarios para, según decía, conocer el significado de las palabras”, explicó Mario, un guardicárcel retirado. El imputado también se dedicó al canto y fue una de las voces más importantes del coro de la prisión.


SONRIENTE. Piccinetti el día que se presentó en Tribunales a contar sobre la pista narco. ARCHIVO LA GACETA

8- La infaltable “pista narco”

En un intento desesperado para que no lo encontraran culpable, Piccinetti pidió en octubre de 2007 ampliar su declaración. Se presentó ante la fiscala Giannoni para dar a conocer una nueva versión del crimen. Según sus dichos, Salas había sido víctima de un ajuste de cuentas narco. Contó que un compañero de encierro le había comentado que el productor se había quedado con el dinero de una operación de compra de drogas y que el grupo de traficantes había decidido matarlo. Acusó a Daniel Rodolfo Correa como autor de ese hecho. El hombre señalado, salteño, había sido condenado a ocho años de prisión por haber sido descubierto cuando trasladaba 50 kilos de cocaína. La nueva hipótesis quedó rápidamente descartada por los investigadores.


Silvia Raquel Lai dijo estar orgullosa de ser la viuda de Salas. ARCHIVO LA GACETA

9- El regreso a la calle

El año 2009 terminaba cuando Piccinetti logró recuperar la libertad, porque había estado en la cárcel más de dos años sin que fuera enjuiciado por el delito del que lo acusaban. En esos tiempos, según confiaron sus vecinos, volvió al hogar que había formado con su esposa. “Hacía cualquier cosa con tal de ganarse unos pesos. También recibió mucha ayuda”, comentó Pablo, un amigo de toda la vida. En ese “todo” incluye dar clases de gimnasia, cobrar por sesiones de masajes, realizar tareas de albañilería y cuidar enfermos. “Yo estoy caminando gracias a él”, dijo Clara Chejolán, una de las personas que testificó a su favor en el juicio. “Los médicos le daban dos años para recuperarse y Luis la levantó de la cama en tan sólo dos meses”, contó Carla, hija de la mujer que se recuperó. Y agregó: “gracias a Dios y a Piccinetti, mi mamá puede caminar. Ella salió de su depresión gracias a él”.


10- Un juicio polémico

En febrero de 2011 comenzó el debate oral en contra de Piccinetti y Lai. Ellos no intercambiaron palabra y, según las crónicas de la época, ni se miraron. A lo largo de las audiencias él negó haber sido el homicida, pero tampoco acusó a la viuda. Sí reconoció haber sido su amante, pero dijo que había sido “una más” de las mujeres que se relacionaron con él en Trancas. En tanto que Lai sorprendió a todos al afirmar: “señores jueces: estoy acá porque creo en la Justicia y quiero justicia. Desde el 15 de julio he sufrido la peor pérdida, la de mi marido, a quien amé desde los 13 años, el padre de mis hijos. Me sometí al proceso porque soy inocente. Quiero saber quién mató a ‘Pepe’. Desde el principio fui condenada por la prensa y el público. Quiero que mis hijos sepan quién mató a su papá. La prensa se refiere a mí como la viuda de Salas. Estoy orgullosa de ser la viuda de Salas, y voy a serlo hasta la muerte”. Los jueces no creyeron en su versión y terminó siendo condenada a prisión perpetua.


11-  Fuga anunciada

El viernes 18 de febrero, después de haber escuchado los alegatos y de que se cumpliera con otras cuestiones procesales, el tribunal decidió pasar a cuarto intermedio hasta el lunes 21. Para ese día, los jueces Juana Prieto, Horacio Villalba y Marta Cavalotti, tenían previsto dar a conocer la sentencia. La fiscal de cámara Marta Jerez de Rivadeneira había solicitado que se los condene a prisión perpetua porque habían cometido homicidio agravado por alevosía. Manuel Pedernera y Roberto Flores, defensores de Lai y de Piccinetti, respectivamente, pidieron su absolución. El acusado, en un contacto con LA GACETA, avisó que entregaría una carta y anticipó que el lunes siguiente tribunales iba a explotar con una bomba. Ese mismo día, les avisó que se iría a pescar a El Cadillal para despejarse. Tomó su moto y la dejó en la casa de Chejolán para que se la cuidara. Nunca más volvió.


12-  Clandestino

A Piccinetti lo buscaron en toda la provincia y el país, pero todo parece indicar que partió a Bolivia el mismo día que se escapó. Primero se refugió en Villazón, luego pasó por Potosí y llegó hasta Oruro. Allí habría conocido a una mujer de alto poder adquisitivo que lo llevó hasta Cochabamba, donde se terminó instalando. En esa ciudad, la cuarta más importante de ese país, abrió dos gimnasios lujosos que él administraba. Según trascendió, gracias a su relación con esa mujer, se codeó con la alta sociedad durante mucho tiempo. También habría realizado varios viajes a Brasil en vacaciones.


13- Una singular caída

A Piccinetti lo buscaron durante ocho años la Policía y diferentes fuerzas nacionales. Personal de la división Búsqueda y Captura de Prófugos trató de ubicarlo en Villazón. Una comisión, al mando del comisario Daniel Robles, confirmó que estuvo allí, pero le perdió el rastro. Por pedido de la jueza Wendy Kassar, de la Sala IV, la Nación ofreció una recompensa de hasta $ 500.000 para la persona que aportara un dato que facilitara su captura. Desde entonces, comenzaron a recibir numerosa información que era descartada por los investigadores. Hace poco más de un mes, surgió un nuevo indicio. La magistrada, que integra la sala que enjuiciará al prófugo, le pidió al Equipo Científico de Investigación Fiscal que lo analizara. Al confirmar la versión, iniciaron los trámites para su detención. El trabajo finalizó de manera exitosa el miércoles, cuando fue atrapado por Interpol Bolivia en la lujosa vivienda de un barrio exclusivo de Cochabamba.


DE VUELTA. Después de ocho años, Piccinetti fue arrestado en Cochabamba.

14- Sorpresiva detención

La detención de uno de los prófugos más buscados en la provincia generó sorpresa en Tafí Viejo y en Trancas. “Pensábamos que nunca más lo atraparían, pero finalmente lo hicieron. Ahora muchos saldrán a decir que sabían dónde estaba, pero la verdad es que la gran mayoría se había olvidado de él”, comentó Fernando Ramírez, empleado de comercio taficeño. Un cliente agregó: “el muchacho ese es un maestro. La pasó muy bien durante mucho tiempo, pero nada dura para siempre. Nos sorprendió cómo fue detenido”. Al norte de la provincia, su detención generó profundos silencios porque hizo revivir situaciones que parecían olvidadas. “Todo el mundo evita hablar de ese muchacho que generó muchos problemas en varias familias. Espero que ahora termine pagando por lo que hizo, es decir, haber matado a ‘Pepe’, un gran hombre que era querido por todos”, expresó Luciano Rivadeneira.


15- Temor por su futuro

Los familiares de Piccinetti no quisieron hablar con LA GACETA. No obstante, se mostraron preocupados por el futuro del acusado de homicidio y confirmaron que arribó a La Quiaca en perfecto estado de salud y que al llegar a la provincia, será trasladado al penal de Villa Urquiza, donde podría ser instalado en el pabellón de Máxima Seguridad. Después de que  se designe un defensor (el profesional que lo asistía se desempeña como camarista en el Centro Judicial de Concepción) se le informará sobre su situación procesal. Ya se encuentra con prisión preventiva y sólo queda conocer cuándo será enjuiciado por el crimen. Al tratarse de un “derecho inalienable del hombre”, nunca afrontará un proceso judicial por la fuga. El hombre que se sentía pájaro y sólo soñaba con ser libre hoy volverá al encierro.