Primero fue el caso del perro al que pintaron de verde. “Macaco, Macaco vení. Pintale un poquito más las patitas”, se escucha decir a un militante peronista en un video en el que graba las imágenes de sus compañeros, que le pasan el pincel al perro blanco.

El segundo caso también es indignante. Ocurrió bastante lejos de Tucumán. En Florida (EE.UU.) un peluquero canino le quebró la cola a un ovejero alemán mientras le cortaba el pelo. Como no podía lograr que el animal se quedara quieto, lo agarró de la cola y lo levantó en el aire para que se calmara. En las redes, los usuarios repudiaron al hombre, que terminó detenido por la Policía.

En el tercer caso nos encontramos con dos historias que duelen hasta el alma. Bunchi era un animal callejero que vivía en un barrio de San Francisco (Córdoba). Solo buscaba comida y alguna caricia. Fue quemado vivo el 27 de febrero. Cuatro días después murió. Esta misma ciudad es la que se hizo famosa el año pasado por el caso de Chocolate, un perro que fue despellejado vivo y que falleció poco después. En un juicio con pocos antecedentes en el país se abordó una muerte del animal y el acusado fue condenado a un año de prisión condicional.

El maltrato animal es un delito sancionado por el Código Penal a través de la ley 14.346, que prevé penas de 15 días a un año de cárcel (como todas las de menos de tres años, son excarcelables si el acusado no tiene antecedentes). Aunque hay muy pocos juicios por maltrato animal en el país, está creciendo la concientización en la gente y la condena social. Pero con esto no alcanza. Hay que denunciar y lograr condenas, resaltan los veterinarios y protectores de animales.

Silvina Apás es la abanderada del Movimiento Fucsia en Tucumán, una ONG nacional que lucha contra el maltrato animal. “No está naturalizado darle importancia a la causa animal. Se trata de una ley que debemos respetar. La gente cree que con denunciar en las redes sociales basta. Pero es insuficiente. Las denuncias deben hacerse en las comisarías o en fiscalía de turno; es la mejor forma de defenderlos. El Facebook solo sirve para desahogo personal”, explica.

- ¿Cuáles son las denuncias mayoritarias sobre maltrato animal que reciben en la provincia?

- Culturalmente recién ahora estamos incorporando que debemos hacer la denuncia por maltrato animal, ya que tenemos la Ley 14.346 que nos habilita a cumplir con nuestra obligación, que es hacer valer los derechos de los animales. La comunidad empatiza de forma inmediata con el perro y con el gato. Luego, con el caballo. Sin embargo, nos debemos un camino de conciencia para incluir en nuestra mirada y consideración al resto de los animales. Estamos encaminados para que la Legislación, Estado y comunidad avancen en considerar a los animales seres sintientes y sujetos de derecho, tal como ya se proclamó en la Declaración Universal de los Derechos Animales aprobada por la UNESCO y posteriormente la ONU.

- ¿Te acordás de algún caso en particular que te haya impactado mucho en Tucumán?

- Me impactó mucho la historia de Petisa. El 6 de enero nos llegó una denuncia vía WhatsApp de una yegua que estaba siendo usada para un carro tracción a sangre y que se encontraba en muy mal estado. Dos o tres veces por semana asistíamos a curarla y medicarla. Durante 10 días habíamos logrado estabilizarla e inclusive improvisamos un brete de un árbol, ya que la yegüita estaba muy dolorida y no podía estar parada todo el tiempo. El lunes 21 de enero fui al lugar para hacer las curaciones y medicaciones pertinentes y encontré a Petisa tirada, sin el brete y terriblemente lastimada. Con mucho esfuerzo la paramos. Realizamos la denuncia policial y pedí a la Fiscalía de turno durante la feria judicial poder secuestrarla de sus maltratadores que la dañaron dos veces. Aún enferma, la laceraron en carne viva para sacarle la marca, ya que era robada. Finalmente luego de un importante operativo de Delitos Rurales de la Policía de Tucumán con orden de la Fiscalía de Feria, se procedió a secuestrar a la Petisa, ya en peores condiciones de salud y falleció 15 horas después. Murió sobre un suelo verde y blando, al menos conociendo seres que intentaron salvarla y protegerla de esta injusticia a la que son sometidos los caballos a través de la explotación de la tracción a sangre. Hoy se lleva adelante una causa por robo y maltrato animal.

- En general, ¿creés que hay más conciencia? ¿Dirías que el tucumano cuida a los animales?

- La comunidad cada día reclama con mayor fuerza y convicción que estas situaciones no deben ocurrir ni quedar impunes, lo que de algún modo lo vuelve al tucumano más consciente sobre la figura del maltrato animal. Sin embargo muy de a poco vamos tomando conciencia que como sociedad debemos exigir avances legislativos respecto a la causa animal. Es cierto que muchos animales sin nosotros no estarían en la situación de olvido e injusticia en la que están. Pero, sin nosotros tampoco salen de este laberinto del horror, abandono, uso y explotación en el que están. Si somos parte del problema e injusticia para con los animales también debemos ser parte de la solución, expresándose, marchando, y exigiendo sanciones de leyes que resuelvan ética y definitivamente los flagelos de la tracción a sangre y la sobrepoblación de la fauna urbana en todo el territorio provincial. Hoy esperamos que se sancionen cuanto antes dos proyectos importantes para Tucumán: uno para terminar con la tracción a sangre y otro para tener una ley de castraciones, la cual ayude a combatir la cantidad de animales callejeros que tenemos.