El choque en cadena, tras una picada en gobernador Garmendia, puso en guardia nuevamente a las fuerzas de seguridad. El accidente se registró el viernes último cuando al menos tres jóvenes resultaron heridos luego de chocar sus motocicletas mientras participaban de las picadas sobre la ruta 336. Las imágenes se viralizaron a través de un video difundido por las redes sociales. En el Ministerio de Seguridad sostienen que los controles respecto de este tipo de actividad son constantes. Por esa razón, tanto en esa dependencia como en otras que están bajo las órbitas municipales sostienen que se redujeron los índices de siniestralidad. “Los martes y jueves son los días elegidos por los propios participantes de este tipo de actividades. Desde la fuerza, tomamos previsiones para que no proliferen las picadas, pero cuando se actúa se forman estampidas y desbandes que podrían ocasionar otros accidentes”, reconoce a LA GACETA Luis Ibañez, secretario de Seguridad de la Provincia.

Los que participan en picadas tanto de automóviles como de motocicletas rotan los circuitos, ya que muchos de los tradicionales tienen consignas policiales que los obligan a dispersarse durante la madrugada. Ibañez sugiere a los padres efectuar más controles respecto de las conductas de sus hijos para evitar hechos como los sucedidos en gobernador Garmendia. “Eran casi todos menores de edad”, indica.

En Tucumán rige la ley 9057, de Emergencia en Seguridad Pública, Políticas Carcelarias, Tratamiento de Adicciones y Seguridad Vial.

En la Municipalidad capitalina están preocupados por la denominada “ruleta rusa” con vehículos que no respetan los semáforos.

Menos actas

Usualmente, las picadas se realizaban en la zona del ex Aeropuerto, en la avenida Papa Francisco. “Prácticamente las erradicamos con los controles. Sin embargo, no hay que bajar los brazos; hay que combatir las picadas de forma permanente”, dice Enrique Romero, subsecretario de Tránsito y Transporte de San Miguel de Tucumán. Los operativos, según el funcionario municipal, tienen resultados paulatinos. Por caso, señala que las actas de infracción en la Capital se redujeron de 14.000 a 10.000 en el último año, particularmente porque ya no se secuestran motos o autos en picadas. Además bajó el nivel de siniestrabilidad en la ciudad: 500 accidentes menos en un año, indica Romero. Relata que, en el centro, hubo casos de prácticas de la denominada “ruleta rusa”, en la que mayoritariamente jóvenes recorren, a altas horas de la noche por calle Salta, a gran velocidad con el semáforo en rojo. “Es inexplicable esta situación”, acota. Romero apunta que, frente a esa situación, mantendrá no sólo los controles de alcoholemia, sino también los narcotest.

Según el funcionario, además de reforzar los controles, la cuestión central pasa por la educación vial. “Esto debe darse desde el preescolar hasta el nivel universitario”, sugiere, como una manera de que se amplíe lo que se dispone a través de la Ley 24.449 (de Tránsito).

La zona del ex Aeropuerto era una de las más concurridas para las picadas. Ahora es monitoreada de forma permanente por las autoridades.

Cambio de escenario

La avenida presidente Perón de Yerba Buena dejó de ser una pista para las picadas. Según las autoridades, mucho tuvo que ver la instalación de los lomos de burro, que redujeron el nivel de velocidad en esa concurrida avenida. Sin embargo, los que se dedican a las picadas rotan los circuitos. Según la Policía, ahora se dieron casos de esta práctica en la ruta 315, desde la conocida Curva de Los Vega, camino hacia Tafí Viejo. También en la autopista de la ruta 9, a la altura de Villa Mariano Moreno.

“Nosotros estuvimos siguiendo un poco estos hechos, y se está haciendo control casualmente con la dificultad que existe en determinados sectores como la avenida Perón, el Camino de Sirga o calles interiores que utilizan para hacer este tipo de actividades”, dice a LA GACETA Mauricio Argiró, secretario de Seguridad de Yerba Buena. Recuerda que, por imperio de la ley penal, los efectivos de seguridad del municipio no pueden realizar persecuciones. Sin embargo, se reforzaron los controles. “El problema son las motos, de baja cilindrada; muchas veces son menores de edad lo que también dificulta el tratamiento del esquema de seguridad”, añade el funcionario.

Concientización

Durante 2018, la Municipalidad de Yerba Buena hizo una campaña en las estaciones de servicio, a través de la guardia urbana municipal entregando folletería y concientizando sobre el uso del casco, de la patente, y sobre la necesidad de cumplir con los requisitos que marca la ley de tránsito para que una persona pueda conducir un vehículo, cualquier vehículo. “Vamos a seguir este año con la campaña y los controles se intensificarán”, agrega Argiró. Yerba Buena tiene previsto instalar radares y cámaras de vigilancia continua, de última generación, con posibilidad de identificación la patente. Además, analiza incrementar el monto de las multas para el caso de “conductas aberrantes de manejo, pasar un semáforo en rojo o conducir a contramano”.

Las picadas no son patrimonio exclusivo de San Miguel de Tucumán, de Tafí Viejo y de Yerba Buena. También se dieron casos como el de gobernador Garmendia, en Simoca y en Famaillá.

La Policía identificó varios lugares en los que habitualmente se realizan las competencias. Pero los organizadores “rotan” los escenarios.

En Yerba Buena, los funcionarios señalaron que este año habrá más controles y endurecerán las multas contra los infractores.

En Tucumán rige la ley 9057, de Emergencia en Seguridad Pública, Políticas Carcelarias, Tratamiento de Adicciones y Seguridad Vial.

En la provincia y en los municipios dicen que, en la mayoría de los casos, los conductores de las motos son menores de edad.

En Yerba Buena, los funcionarios señalaron que este año habrá más controles y endurecerán las multas contra los infractores.

En la provincia y en los municipios dicen que, en la mayoría de los casos, los conductores de las motos son menores de edad.