Automovilistas y transeúntes la vieron. Algunos, incluso, optaron por no cruzar por esa esquina por temor. Sorprendidos, hay quienes retrataron la situación y compararon a San Miguel de Tucumán con alguna ciudad nórdica, en la que la nieve se hace presente. Otros, atemorizados, advirtieron sobre la posibilidad de un daño a la salud pública.

Lo cierto es que la preocupación por ese manto blanco que durante el mediodía cubrió la esquina de calles General Paz y Ayacucho, en pleno barrio Sur de esta capital, llegó a oídos de funcionarios municipales. Así, la Dirección de Higiene de la Municipalidad envió inspectores para constatar de qué se trataba el misterioso producto. Rápidamente, la duda fue evacuada: estudiantes festejaron en esa zona con espuma, pero la lluvia generó un efecto inesperado: de pronto las burbujas comenzaron a crecer y terminaron por darle un buen baño a automovilistas y vecinos que caminaban por allí. 

"Fueron chicos que estaban festejando y se llenó de espuma; como llovía empezó a crecer", confirmó Jorge Pérez Musacchia, director de la repartición municipal.