BUENOS AIRES.- “La clasificación del mercado de Argentina como emergente es un elemento fundamental de confianza de contexto en el país que alienta a los grandes fondos de inversión a invertir en la economía real”, señaló el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja.

En este sentido, aseguró que la confianza comenzó a lograrse en 2016 cuando la Argentina renegoció con los holdouts y empezó a volver al mundo; cuando se le dio el liderazgo del G 20 y ahora con las negociaciones con la OCDE “donde aspira a ingresar a ese círculo deseable de países desarrollados”.

Dijo que esas señales de confianza del contexto se dieron hasta que la crisis financiera obligó a recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI). “Todas han sido señales positivas a pesar de la volatilidad y la burbuja financiera”, agregó el también presidente de la asociación de la industria alimentaria Copal.

Asimismo consideró que la clasificación decidida por la firma Morgan Stanley Capital International (MSCI) es una señal de los mercados hacia un futuro de inversión más concreto: éste es un importantísimo paso para la Argentina. “Hay que ver qué tipo de inversiones. Algunas son de maduración muy rápida que se pueden dar en dos años y otras son más lentas”, dijo. Y agregó: “ya se ven concretamente en la región como en Chile, Perú, Colombia, México, países que cambiaron su perfil”.

Por otra parte, señaló que la Unión Industrial Argentina (UIA) cree que debe haber un dólar competitivo. “Debe terminarse el proceso de reformas estructurales y que el alivio no sólo sea el dólar sino que la economía sea competitiva”, argumentó.

Funes de Rioja consideró que cuando el contexto del mercado cambiario se estabilice también se va a ir precisando el impacto de la devaluación en los insumos o componentes. Hay productos con insumos dolarizados por ejemplo el cacao, café o el maiz, trigo, que tienen precios internacionales. Es una presión sobre costos, como en el caso de los combustible, la energía y el incremento de los salarios. En el caso de la alimentación, estamos trabajando en el 60% de la capacidad instalada y no sube. El mercado está complejo. Hay que actuar con prudencia”, dijo. (Télam)