Una vez más el fútbol quedó en segundo plano. Otra vez, la violencia dijo presente en un partido de la Liga Tucumana.

Ayer se observó todo lo malo que puede suceder dentro de un campo se vio en la cancha de Cruz Alta, donde el local recibió a San Antonio, de Ranchillos. Los hinchas locales agredieron al juez Sebastián Barrionuevo, quien terminó hospitalizado.

El foco de conflicto se originó al término del primer tiempo, cuando la terna se dirigía al vestuario. Pero el caos había comenzado mucho antes. Según explicaron allegados a los jueces, antes del partido de Reserva, una hincha de Cruz Alta se pegó al alambrado, en el sector donde estaban el árbitro y su colaborador, y les mostró una pistola: “más vale que gane Cruz Alta”, habría amenazado ese fanático.

Rodrigo Céliz y Franco Díaz, los jueces involucrados en el primer problema, le confirmaron a LG Deportiva lo sucedido. “Estuvimos esperando a que llegara la Policía para notificarle lo que pasó. Ellos buscaron a esa persona pero, al parecer ya se había retirado. Nos dieron las garantías suficientes, por eso decimos dirigir”, explicaron.

Ya durante el entretiempo del partido principal, camino al túnel Barrionuevo sufrió el impacto de un proyectil que le produjo profundo corte en su cabeza. El juez debió ser hospitalizado y el juego se suspendió cuando el local ganaba 2 a 1. “Estoy bien”, le comentó Barrionuevo a LG Deportiva mientras esperaba que le suturaran la herida. Luego realizó la denuncia y elevó el informe de lo sucedido.