> LA MISA DE HOY

PBRO. MARCELO BARRIONUEVO

El Adviento es una fuerte llamada de la Iglesia al corazón de sus hijos ante la llegada del Señor. “Hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen” (1ª Lect) “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos verán la salvación de Dios. Aleluya”.

El espectáculo deprimente del mal parece desmentir este anuncio de salvación. Una gran parte de la humanidad siente la mordedura del hambre, el frío, gime bajo la injusticia y la falta de las más elementales condiciones para una existencia digna. Y lo que es más lacerante: los anhelos de un mundo en paz y mejor parecen fracasar siempre. Hay grietas, divisiones y enfrentamientos entre naciones, entre familiares y amigos, entre colegas y vecinos que se nos hacen difíciles de solucionar. La salvación anunciada por la Iglesia ¿no aparece ante los pobres, los que sufren, las víctimas de la violencia y la injusticia, como mera demagogia? Hemos de responder: no. El anuncio de la Iglesia no es ficticio. Ella sigue anunciado que el nacimiento de Dios es el nacimiento de una nueva Gracia en el corazón del hombre.

“La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra... La salvación seguirá sus pasos” (Salmo Responsorial). Dios se hace Niño para que los hombres podamos entender su cercanía. Él es el Príncipe de la Paz que viene a traer la paz al corazón del hombre y quiere que seamos constructores de esa paz.

Así como Dios se encarna en medio de los hombres, cada cristiano debe aportar lo más propio de su fe a la sociedad. “Allanad los senderos...” Este allanar es una misión que hoy debemos aportar. Hay mucha violencia social, hay mucho espíritu alterado, mucha depresión humana, mucha tristeza interior. A esta realidad cada cristiano debe aportar la Paz que viene del Señor, allanar el espíritu intolerante, buscar generar paz y alegría en los otros, ponernos al servicio humano y cristiano; ofrecer a Dios que es quien calma el corazón del hombre. El llamado a la conversión que nos pide el Evangelio es un clamor de volver a Dios, de confesar nuestros pecados para reconciliarnos, es volver al único que da Paz.

Que en estas semanas que quedan para Navidad podamos acercanos a Dios con espíritu sencillo y buscar la Gracia; pero al mismo tiempo allanemos el clima social de la calle, será nuestro mejor aporte al momento actual.