El vicegobernador Osvaldo Jaldo, el ex gobernador José Alperovich y el ex intendente de Yerba Buena Daniel Toledo fueron denunciados ante la Justicia Federal porlos delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, desvíos de fondos de la obra pública, malversación de caudales públicos, defraudación, sobreprecios y enriquecimiento ilícito, debido a la contratación de una serie de empresas para la realización de mejoras en las plazas y de pavimentos en las calles de esa ciudad, entre junio de 2013 y septiembre de 2015.


La acusación fue presentada esta mañana por Rodolfo Aranda, el ciudadano que desde hace más de un año le reclama al Concejo Deliberante yerbabuenense que le permita asumir en la banca que se encuentra sin representación y que argumenta -con un fallo judicial favorable- le corresponde.

Según el expediente, al que accedió este diario, el denunciante cree que existen elementos suficientes para dar por acreditado que los denunciados realizaron contrataciones directas por cifras millonarias, y que esos dineros fueron destinados a sociedades nuevas, sin antecedentes ni solvencias.

De acuerdo con el documento judicial, la totalidad de las obras financiadas por el plan Más Cerca y por el Fondo Federal Solidario le fueron entregadas al mismo grupo de personas, quienes, mediante la multiplicidad de figuras societarias, pretendieron, de alguna manera, disfrazar esa realidad.

Aranda también ha involucrado al ex secretario de Obras Públicas de Toledo, Julio Herrera Piedrabuena, y a quienes resulten penalmente responsables, tras una investigación pertinente.


LA DENUNCIA. El texto que presentó Aranda.

El denunciante consignó que su presentación fue impulsada por el programa de televisión "Panorama Tucumano", de LA GACETA. En el informe central del miércoles último, se presentó un trabajo del laboratorio de Ensayo de Materiales de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Tucumán, que realizó un estudio de las cuadras pavimentadas durante la gestión de Toledo. Según las autoridades de esa ciudad, esos resultados les permiten afirmar que en la mayoría de los bloques de hormigón extraídos como testigos, la altura rondaba los 12 centímetros, cuando debieran tener 18 centímetros.