convocatoria presidencial | la mirada del interior
============06 ANT Analisis Color (11902716)============
› punto de vista
============01 TIT Análisis  1 COL (11902717)============
Tucumán va a contramano de  la realidad de la Argentina
============02 TEX con Capitular (11902715)============
Recientemente distintas provincias han informado que avanzarán en reducciones de alícuotas del impuesto sobre lo ingresos brutos que rige en sus respectivas provincias. Lo hizo Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, entre otras jurisdicciones.
Por el contrario, en Tucumán se afirmó que no está prevista ninguna reducción del impuesto a los Ingresos Brutos.
Vivimos en una provincia que es “denostada” cuando  de impuestos se habla. Es nuestra triste realidad cuando conversamos con gente (empresas, profesionales) de otras jurisdicciones. 
Lamentablemente ahora se ha sumado la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, incluyendo en el marco de las normas locales a un régimen de retención en el TEM que seguramente traerá numerosos problemas con las empresas en general, esencialmente con todas las que no estando radicadas en San Miguel de Tucumán, y que  circunstancialmente operen con agentes designados en la ciudad (un contribuyente de Yerba Buena que venga a comprar un producto a San Miguel deberá empezar a padecer el tributo o cambiar de proveedor).
En algún momento la Provincia deberá cambiar esa imagen. La realidad se terminará imponiendo. Pero constituye un aspecto esencial de un político anticiparse a los hechos y sería muy bueno que el Poder Ejecutivo y la Legislatura cumplan ese rol esencial en este aspecto y se anticipen a los hechos. Y la pregunta que deben formularse es justamente por qué la Provincia de Tucumán tiene el triste privilegio de ser una de las provincias “más repudiada” por su sistema fiscal.
Y encontrarían una respuesta que los sorprendería. No necesariamente por el impacto de sus alícuotas, que para una empresa de otra provincia no resultan alejadas de lo que perciben otras jurisdicciones. Si para una tucumana que soporta además de ingresos brutos un impuesto municipal -de dudosa legalidad-.
Interrogantes
¿Y entonces cuál es el costo político que se paga? ¿Por qué? Por la recaudación abusiva con sistemas de retención, recaudación y percepción creados por la Dirección General de Rentas, que han transformado el impuesto a los ingresos brutos en una máquina de producir saldos a favor en general, que no pueden ser recuperados por los contribuyentes y que incluso representan un impuesto sin ley que lo ampare.  Y es esta falta de respeto al principio de legalidad la que destruye nuestra reputación. Esta falta del principio de legalidad que se produce cuando las empresas pagan más de lo que deben y generan constantes saldos a favor. 
En un impuesto de naturaleza mensual que por definición conceptual no debería tener sistemas de este tipo implementados. Y esto debe ser revisado. Salvo que sea una decisión política avanzar en la aceptación de un régimen distorsivo, que recae indebidamente en muchos contribuyentes. Si esto último fuera el caso, la realidad terminará imponiéndose y esta tesitura deberá cambiar.
Mientras tanto, los tucumanos seguimos esperando a los estadistas que transformen esta Provincia en lo que debiera haber sido, un verdadero eje económico del norte argentino.
============07Q FIR Análisis (11902714)============
luis alberto comba
tributarista

Luis Alberto Comba - Tributarista

Recientemente, distintas provincias han informado que avanzarán en reducciones de alícuotas del impuesto sobre los ingresos brutos que rige en sus respectivas provincias. Lo hizo Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, entre otras jurisdicciones.

Por el contrario, en Tucumán se afirmó que no está prevista ninguna reducción del impuesto a los Ingresos Brutos.

Vivimos en una provincia que es “denostada” cuando de impuestos se habla. Es nuestra triste realidad cuando conversamos con gente (empresas, profesionales) de otras jurisdicciones.

Lamentablemente ahora se ha sumado la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, incluyendo en el marco de las normas locales a un régimen de retención en el TEM que seguramente traerá numerosos problemas con las empresas en general, esencialmente con todas las que no estando radicadas en San Miguel de Tucumán, y que circunstancialmente operen con agentes designados en la ciudad (un contribuyente de Yerba Buena que venga a comprar un producto a San Miguel deberá empezar a padecer el tributo o cambiar de proveedor).

En algún momento la Provincia deberá cambiar esa imagen. La realidad se terminará imponiendo. Pero constituye un aspecto esencial de un político anticiparse a los hechos y sería muy bueno que el Poder Ejecutivo y la Legislatura cumplan ese rol esencial en este aspecto y se anticipen a los hechos. Y la pregunta que deben formularse es justamente por qué la Provincia de Tucumán tiene el triste privilegio de ser una de las provincias “más repudiada” por su sistema fiscal.

Y encontrarían una respuesta que los sorprendería. No necesariamente por el impacto de sus alícuotas, que para una empresa de otra provincia no resultan alejadas de lo que perciben otras jurisdicciones. Si para una tucumana que soporta además de ingresos brutos un impuesto municipal -de dudosa legalidad-.

Interrogantes

¿Y entonces cuál es el costo político que se paga? ¿Por qué? Por la recaudación abusiva con sistemas de retención, recaudación y percepción creados por la Dirección General de Rentas, que han transformado el impuesto a los ingresos brutos en una máquina de producir saldos a favor en general, que no pueden ser recuperados por los contribuyentes y que incluso representan un impuesto sin ley que lo ampare. Y es esta falta de respeto al principio de legalidad la que destruye nuestra reputación. Esta falta del principio de legalidad que se produce cuando las empresas pagan más de lo que deben y generan constantes saldos a favor.

En un impuesto de naturaleza mensual que por definición conceptual no debería tener sistemas de este tipo implementados. Y esto debe ser revisado. Salvo que sea una decisión política avanzar en la aceptación de un régimen distorsivo, que recae indebidamente en muchos contribuyentes. Si esto último fuera el caso, la realidad terminará imponiéndose y esta tesitura deberá cambiar.

Mientras tanto, los tucumanos seguimos esperando a los estadistas que transformen esta Provincia en lo que debiera haber sido, un verdadero eje económico del norte argentino.