La Fiscalía de Cámara y los querellantes pidieron una condena a prisión perpetua para un mecánico y uno de sus hijos, ambos acusados de asesinar a escopetazos a dos jóvenes, y dejar a otro gravemente herido. También requirieron la responsabilidad penal contra otro hijo menor por haber estado involucrado directamente en los homicidios. El debate sobre el sangriento episodio ocurrido en diciembre de 2012 en Concepción concluirá hoy con la última palabra de los acusados y la lectura del fallo del tribunal, integrado por Elena Grellet (presidenta), Raquel Asis y Sergio Altamirano.

Todo pasó en el barrio San Martín, durante un confuso incidente que se desencadenó frente a la casa de los atacantes. Sobre los acusados Francisco “Paco” Benítez y su hijo Francisco Eduardo (27), pesa el agravante de que los disparos que terminaron con la vida de Leonardo Gabriel Urquiza (25) y Daniel González (23) ingresaron por sus espaldas. La tercera víctima, que resultó herida, fue Alejandro Porra. Además, ni los fallecidos ni el herido portaban armas.

De acuerdo a la versión que se reveló en el juicio, el incidente se desencadenó cuando Porra, acompañado por unos amigos, fue a la casa de los Benítez a pedirles explicaciones sobre una amenaza que habrían efectuado contra su hermano. Al parecer, ante la falta de respuestas, Porra comenzó a arrojar piedras contra la vivienda de los Benítez. En esa circunstancia “Paco” y sus hijos habrían salido armados.

“Aparecieron armados directamente para matar. Ese fue el fin. Pues las víctimas estaban desarmadas y huían ante los primeros tiros cuando recibieron los disparos por la espalda” sostuvo Gustavo Morales, abogado querellante. “Se mató por matar y sin medir consecuencias. Las víctimas podrían haber sido más si se tiene en cuenta que la locura se desató cerca de un paseo público. Urquiza, sin tener nada que ver con el incidente, cayó por haber quedado en medio de los disparos” aseguró el fiscal de Cámara Enrique Rojas.

Ambas partes coincidieron en reclamar a los jueces la prisión perpetua para los acusados mayores, mientras que para el menor, la responsabilidad penal. Consideraron que estos incurrieron en los delitos de “doble homicidio agravado por el concurso premeditado de dos personas y homicidio simple en grado de tentativa”. También reclamaron que queden inmediatamente detenidos en razón de que permanecen libres “a pesar de la gravedad de los delitos y los riesgos que representan para los testigos, varios de ellos bajo amenaza”.

La defensora oficial María Carolina Ballestero insistió en que fue sólo “Paco” Benítez quien efectuó los disparos mortales, y no sus hijos, en una circunstancia de defensa de su familia. Advirtió que las víctimas en el momento de los hechos estaban exaltadas por un exceso de consumo de alcohol. Aportó además que los Porra y los Benítez mantenían una vieja rencilla. “Hubo una escalada de violencia generada por las víctimas y esta uno nunca sabe cómo termina” sostuvo la letrada. Pidió el sobreseimiento de los hermanos Franco y Francisco y que el padre de estos sea condenado sólo por “exceso en la legítima defensa”.