GINEBRA, Suiza.- Los efectivos de seguridad venezolanos han ejercido una fuerza excesiva para reprimir protestas, causando la muerte a decenas de personas y arrestando arbitrariamente a 5.000 individuos desde abril, incluyendo 1.000 que siguen detenidos, dijo ayer la oficina de Naciones Unidas para los derechos humanos.

Según el análisis de un equipo del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) basado en 135 entrevistas realizadas en junio y julio en las que investigó 124 muertes, las fuerzas de seguridad de Venezuela son responsables de al menos 46 de ellas y grupos armados progubernamentales, de otros 27 fallecimientos. La causa del resto no está clara.

Las conclusiones del equipo indican la existencia de un patrón de otras violaciones de derechos humanos, que abarcan allanamientos violentos de viviendas, torturas y malos tratos a las personas detenidas en relación con las protestas.

Acnudh instó al gobierno del presidente, Nicolás Maduro, a contener a las fuerzas oficiales e investigar los aparentes abusos, liberar a las personas arbitrariamente detenidas y asegurar la protección de la recién destituida fiscal general, Luisa Ortega.

“Estas violaciones ocurren en plena ruptura del Estado de derecho en Venezuela, con ataques constantes del gobierno a la Asamblea Nacional (Parlamento) y a la Oficina de la Fiscal General”, señaló el titular del Acnudh, Zeid Ra’ad al-Hussein, en un comunicado sobre las conclusiones de la investigación. “La responsabilidad de las violaciones de derechos humanos que registramos corresponde a los más altos niveles del gobierno”, agregó Zeid.

La Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela -un organismo con poderes especiales sobre otras instituciones del Estado creado hace poco más de una semana- removió el sábado a la fiscal general y el tribunal supremo ordenó enjuiciarla, luego de que la funcionaria rompiera con el Gobierno y lo denunciara, en medio de las protestas.

La Asamblea es rechazada por la oposición venezolana, que no participó en la elección de sus 545 miembros, y por gobiernos del mundo.

Maduro está bajo presión internacional para que desmantele el organismo, que muchos consideran un intento por perpetuarse en el poder.

“Desde que la ola de manifestaciones comenzó en el mes de abril, se ha aplicado un patrón evidente de uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes (...) Y no hay indicios de que esa actuación vaya a cesar”, declaró Zeid.

Bajo control

Las Fuerzas Armadas de Venezuela controlaron el domingo una rebelión militar en la ciudad central de Valencia que buscaba “restablecer el orden constitucional”, lo que comienza a mostrar fisuras al interior del poder estatal y pone de relieve una peligrosa escalada armada de la crisis.

“Los testigos hablan de las fuerzas de seguridad lanzando gases lacrimógenos y perdigones contra los manifestantes antigubernamentales sin advertencia”, dijo la portavoz de la Acnudh, Ravina Shamdasani, durante una conferencia de prensa en Ginebra, en la que agregó que había relatos de malos tratos e incluso tortura durante las detenciones.

“Las tácticas usadas incluían choques eléctricos (...) mantener colgados a los detenidos de las muñecas por largos períodos, sofocación con gas y amenazas de muerte -y en algunos casos amenazas de violencia sexual- contra los detenidos y sus familias”, agregó la portavoz de Acnudh.

Miles de heridos

La Oficina de la Fiscal General investiga también unos 1.958 casos de heridos, aunque el número de víctimas podría ser mayor.

La información compilada por el equipo de la ONU indica que los colectivos armados, montados en motocicletas, suelen atacar y acosar a los manifestantes. El reporte completo del equipo de expertos de la oficina de la ONU puede leerse en http://bit.ly/2vLjyQW. (Reuters)