“Me hicieron trampa”, dice Elena Alzogaray. “Él me hizo trampa -repite y señala a su marido, Héctor Gómez-, porque me dio a elegir la tarjeta sabiendo ya que era la ganadora. Siempre, por cábala, controlamos una cada uno. Y esta vez me dio la ganadora para que me quede con el premio”, cuenta Elena. Para Héctor, con su sonrisa benévola, solamente ha sido un pequeño regalito para su esposa y, para ambos, es un premio de Dios para poder terminar su casa.

Elena, de 60 años, vive en Concepción. Tiene tres hijos y dos nietos, y es ama de casa. Desde hace varios años vienen remando con esfuerzo para terminar su casa, pero las cosas se ponen cada vez más caras y se hace complicado, cuentan. Héctor es empleado metalúrgico y con su sueldo, muy de a poco, mejoran su vivienda de barrio Fátima. “Esto es una bendición de Dios, por fin vamos a poder avanzar con la obra”, agradece Elena.

Héctor y Elena llevan 31 años de casados. Es decir que cuando nació Eliseo Samuel Melquisedet, el otro ganador de Números de Oro, ellos ya llevaban ocho años juntos. Eliseo tiene 23 años y está casado hace muy poco; por eso, no tiene que pensar mucho: el premio será para la construcción de su casa, en el barrio Juan B. Terán, de esta capital. “Todavía no he llegado a mi casa y nadie sabe nada. La primera que va a pedir algo es mi nena de cinco años”, contó Eliseo, que trabaja en un bar de barrio sur como mozo, cuando se presentó a anunciarse como ganador.

Eliseo y Elena son de dos generaciones distintas, pero se encontraron para compartir el entretenimiento de LA GACETA. Entre ambos se repartieron el pozo acumulado de $ 270.000, por lo que cada uno recibió $ 135.000 para invertir en sus hogares.