Con distintas acciones, la provincia acondiciona y jerarquiza sus principales enclaves turísticos, para tratar de que Tucumán sea un destino todo el año. Ayer, el gobernador Juan Manzur, el presidente del Ente Tucumán Turismo, Sebastian Giobellina e intendentes de municipios beneficiados inauguraron las obras de remodelación en el parador de El Indio, en la ruta 307, camino a los Valles Calchaquíes, así como las mejoras en los frentes de Amaicha, que fueron renovados. También se presentaron las obras en Aguas Chiquitas, que darán mayor accesibilidad al circuito de ecosendas y cascadas que es parte del circuito de El Cadillal. En los Valles, el viajero encontrará este año mucho por visitar. Uno de los atractivos es la bodega comunitaria “Los Amaichas”, la primera bodega comunitaria perteneciente a un pueblo originario del país y la tercera a nivel mundial. A propósito, hoy, a las 20, en el Museo Folklórico, 24 de Septiembre 550 de la capital tucumana, se podrá degustar el primer vino producido por esa bodega, el Sumak kauswsay. Habrá folclore y coplas.

Parque temático

Por otra parte, desde este mes Tucumán cuenta con un nuevo parque temático, el “Intihuatana-Terraza al Sol”, en Ampimpa, a 2.500 metros de altura. El parque cuenta con más de 150 metros de balcones y miradores. “Intihuana” se encuentra en el predio del Observatorio Astronómico, que permite observar el cielo, las estrellas, las constelaciones y otros fenómenos astronómicos.

El parque está equipado con audio-guías portátiles y es uno de los primeros parques temáticos de Argentina totalmente digitalizado. Esto permite que los visitantes puedan acceder a los contenidos del parque a través de sus celulares. Incluso pueden descargarlos en la memoria de sus equipos. Además, cada atractivo estará provisto de un código QR que brindará acceso a la web del parque.

“Está pensado en relación a las nuevas políticas nacionales de fomento de las energías alternativas, resaltando el funcionamiento de la energía solar y eólica. También se va a integrar al significado y al uso que los pueblos antiguos le daban al sol como instrumento para medir el paso del tiempo”, explicó Alberto Mansilla, director del Observatorio de Ampimpa.

“Queremos que los visitantes disfruten de los paisajes increíbles que tenemos, al tiempo vivan el contacto que se da entre las antiguas culturas y las nuevas tecnologías. Es un sincretismo perfecto entre lo antiguo y lo moderno”, agregó.