El dato no sorprendió a Eduardo Robinson. El economista afirmó que entre los estudios privados había un cierto consenso en que un tercio de la población argentina estaba por debajo de la línea de la pobreza. “Hubiese sorprendido si el indicador hubiera sido menor”, expresó.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) confirmó, con base en los resultados de la encuesta de hogares, que el 32,2% de la población es pobre; mientras que el 6,3% no cubre las necesidades básicas para su subsistencia. Ello representa a alrededor de 8,7 millones y a 1,7 millones de personas, para las diferentes franjas, residentes en grandes centros urbanos del país. El Gobierno nacional reflejó la incidencia de la pobreza e indigencia después de varios años.  

Según el Indec, la región noreste (NEA) tiene la mayor tasa de pobreza, con el 40,1% de la población. El noroeste (NOA) lo siguió, con el 35,8%.

“El NOA y el NEA son las regiones más vulnerables. Pese a que se anunciaron distintos programas para mejorar la matriz productiva, en el Norte Grande, los problemas sociales todavía son agudos”, comentó. “El indicador del Indec es fuerte. Está mostrando que no hubo una buena política pública, y lo que se hizo no dio resultado”, añadió Robinson.

El economista resaltó que este indicador representa un gran desafío para el Gobierno nacional. “Esta situación social es similar a la que había a comienzos de 2000. Sólo que ahora está resguardada con esquemas sociales. Pero eso no quita que la situación social es delicada”, finalizó.