ATENAS/BRUSELAS/ROMA.- A pesar de que la muerte está al acecho tanto en las aguas del Mediterráneo como en las del Atlántico, cientos y cientos de africanos siguen tratando de llegar a Europa en la ilusión de escapar de la miseria y mejorar su vida. En una intención de sensibilizar a las autoridades europeas sobre esta cuestión, la ONG Sea-Watch distribuyó ayer la foto de un bebé ahogado sostenido por un rescatista alemán. La imagen conmocionó al mundo.

“Tomé el brazo del bebé (para sacarlo del agua) y de inmediato protegí el pequeño cuerpo en mis brazos, como si aún estuviera vivo (...), el sol brillaba en sus ojos inmóviles. Hace sólo seis horas este niño estaba vivo”, decía el rescatista.

El niñito fue sacado del mar el viernes tras naufragar el barco de madera en el que viajaba junto a otros cientos de inmigrantes. El bote había salido de Libia, cerca de la ciudad de Sabratha el jueves por la noche.

La imagen del bebé hizo recordar a Aylan, el niño sirio que apareció tendido sin vida en una playa turca el año pasado.

Naufragios y rescates

La intergubernamental Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en tanto afirmó ayer que en la última semana han muerto al menos 1.000 personas en el Mediterráneo en diversos naufragios de embarcaciones de migrantes o refugiados.

El vocero de la OIM en Italia, Flavio Di Giacomo, agregó que en los últimos días fueron socorridas 13.000 personas que intentaban llegar a las costas europeas por el Mediterráneo, y que en lo que va de año han sido rescatadas cerca de 47.200. En la última semana se han producido tres naufragios en los que el número de muertos, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, es difícil de determinar y se basa en los testimonios de los salvados.

Al puerto de Arguineguín, en el sur de la isla Gran Canaria (España), arribaron ayer 58 migrantes que habían sido rescatados de la precaria embarcación en la que viajaban. Esta había zarpado desde Cabo Bojador, al norte del Sáhara Occidental. Cinco de los migrantes debieron ser asistidos porque presentaban síntomas de una severa deshidratación.

La Guardia Costera italiana, por su parte, informó que el jueves último un barco de migrantes naufragó frente a las costas de Libia. Hay varios muertos y unos 300 desaparecidos.

Según las autoridades, un barco con unas 450 personas a bordo arrastraba a otro que llevaba un número similar de pasajeros. La segunda embarcación se hundió después de que el cable de arrastre se rompió y solo fueron rescatados unos 150 pasajeros.

Campamentos

Mientras tanto, miles de refugiados se han ido instalando en pequeños campamentos creados espontáneamente en el norte de Grecia tras el desalojo, llevado a cabo la semana pasada por las autoridades del campamento improvisado de Idomeni, en la frontera con Macedonia. Los migrantes, unos 4.000 aproximadamente, acampan cerca de gasolineras, hoteles y también en la localidad de Polikastro, informó la televisión Skai. “En el fondo la situación ha empeorado, el campamento de Idomeni al menos acabó estando bien organizado con el paso del tiempo, entre otras cosas gracias a las organizaciones de ayuda internacionales”, dijo un periodista local. (Télam-DPA-Reuter)