Mal que nos pese, la exclusión mundialista de Mariano Galarza ya es cosa juzgada. El rechazo a la apelación presentada por la UAR confirma por un lado la rigurosidad disciplinaria de la World Rugby en este Mundial (al margen de haber dejado otras acciones impunes), y por otro, la baja de un jugador importante para los Pumas. Tanto que Hourcade decidió esperarlo hasta el último día para llevarlo al Mundial, sabiendo que llegaba con lo justo en la recuperación de su lesión en el hombro.
Así, Argentina se queda sin un gran saltador en el line y a la vez único hombre de experiencia mundialista en una segunda línea que promedia 21 años, y que se ha visto afectada también por el traumatismo cervical de Petti. Por fortuna, Lavanini vale su peso en oro y Alemanno estuvo a la altura en su bautismo de fuego ante Georgia. Por ahora alcanza, pero en caso de emergencia, rompa el vidrio y allí estará Ortega Desio, que ya jugó de segunda en los Pampas.