NI SUICIDIO NI ATENTADO
Los motivos del copiloto son un enigma

La atención del mundo está centrada en las motivaciones que el copiloto Andreas Lubitz habría tenido para estrellar el Airbus. Lubitz trabaja en la aerolínea desde septiembre del 2013 y tenía sólo 630 horas de vuelo, en comparación con las 6.000 horas del capitán de la nave, nombrado sólo como “Patrick S”. El fiscal que investiga la tragedia, Brice Robin, dijo que no había motivos para sospechar de que Lubitz habría realizado un ataque terrorista y que un “suicidio” también parece ser una palabra equivocada para describir las acciones que provocaron la muerte de tantas personas. La familia del copiloto llegó a Francia para participar de un tributo a las víctimas, pero fue mantenida alejada de los demás, dijo Robin. En Montabaur, Alemania, sus conocidos de la ciudad estaban impactados.

EDUCADO, ALEGRE Y AMABLE
Tenía casa, pero vivía con sus padres

“Andreas Lubitz vivía con sus padres en Montabaur y también tenía una vivienda en Düsseldorf”, informó Gabriele Wieland, alcaldesa de la ciudad. Nada en su perfil llamaba la atención hasta que la fiscalía francesa reveló lo inesperado. Lubitz comenzó en 2008 a prepararse como piloto en la escuela de Lufthansa, matriz de Germanwings, en Bremen y consiguió la plaza en 2013. Lubitz había superado las pruebas de aptitud para volar en enero de este año. Al igual que en los dos exámenes previos. Había sido recordado en Montabaur por sus compañeros del club de vuelo sin motor al que pertenecía, el LSC Westerwald, que en un mensaje en la web dijeron: “Pudo cumplir su sueño, un sueño que pagó tan caro con su vida”. Los conocidos lo describen como educado, alegre y amable.

El copiloto estrelló el Airbus contra la montaña

MARSELLA.- La investigación de la catástrofe de la aerolínea alemana Germanwings dio un trascendental giro cuando la fiscalía de Marsella aseguró que el copiloto estrelló deliberadamente el avión con otras 149 personas a bordo en los Alpes franceses. “Creemos que el copiloto quiso destruir el avión voluntariamente”, declaró el fiscal Brice Robin, después de escuchar las grabaciones. El copiloto, el alemán Andreas Lubitz, de 27 años, se encontraba en ese momento solo en la cabina, a la que el piloto no pudo reingresar. No hay indicios de que se trate de un acto terrorista, según coincidieron los investigadores y las autoridades alemanas, aseguró el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière.

Robin dijo que el hecho parecía suicida, pero que no podía caracterizarse como tal cuando causó tantas otras víctimas. “Ni en nuestras peores pesadillas hubiéramos podido imaginarnos una tragedia así”, afirmó en Colonia el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr. Germanwings es una filial de bajo costo de la línea alemana Lufthansa. El Airbus se estrelló en Les Trois Evêchés, en los Alpes franceses, poco después de partir de Barcelona con destino a Düsseldorf. A bordo viajaban 144 pasajeros; 72 alemanes y 50 españoles, y seis tripulantes

Los nuevos resultados de las investigaciones provocaron consternación. “Conmocionado por los últimos datos facilitados por los investigadores”, afirmó el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy en Twitter. “Esto supera todo lo imaginable”, dijo la canciller alemana Angela Merkel en Berlín, en su primera reacción a la noticia. Las inquietantes revelaciones de la fiscalía hacen que el caso gire “sobre una nueva dimensión sencillamente inconcebible”, añadió. Antes del accidente del vuelo, el piloto aparentemente salió al baño y la puerta de la cabina de mando se cerró automáticamente. Para que la puerta se abra nuevamente alguien debe presionar un botón en el interior de la cabina. El copiloto también pudo haber presionado un botón para cerrar la puerta cuando el piloto trató de reingresar, planteó Spohr. El avión tenía dos códigos de acceso en la puerta de la cabina, uno normal y otro especial para el ingreso de la tripulación desde afuera si no había ninguna reacción en el interior de la cabina. Pero ese código de anulación especial puede ser bloqueado desde el interior del recinto. El comandante regresó a la cabina, llamó a la puerta para entrar y se identificó, pero no hubo respuesta. “El copiloto no respondió y no abrió la puerta”, explicó Robin. Y no se emitió ninguna señal de emergencia, ningún “mayday” a la torre de control de Marsella. Según el audio del descenso de 10 minutos, parece que la mayoría de los pasajeros no fueron conscientes de lo que ocurría hasta momentos inmediatamente antes del impacto, dice la Fiscalía, que ha llegado a esa conclusión porque en las grabaciones disponibles no se escucharon gritos hasta el final. (DPA)