Las inundaciones ocasionan problemas sanitarios durante el anegamiento y aún cuando bajan las aguas y las personas afectadas vuelven a sus casas.

“La situación está controlada. Los hospitales del interior cuentan con personal e insumos necesarios, y todos los CAPS -absolutamente todos- atienden los fines de semana, algunos de 8 a 20 y otros las 24 horas, para dar respuestas a los problemas de la gente”, reiteró el ministro de Salud, Pablo Yedlin, a LA GACETA. Desde el Estado, machacó, se está ayudando a las familias damnificadas, a los pobladores con mayores carencias.

Yedlin, y el director de Epidemiología, Rogelio Cali, destacaron que en Tucumán no se han detectado casos autóctonos de dengue o Chikungunya. Tampoco aumentó el número de personas con fiebre y con sospecha de la enfermedad.

“Se han estudiado los sueros de 12 casos sospechosos: cinco fueron descartados y otros cinco resultados están pendientes. Las otras dos muestras restantes confirmaron dos casos importados de fiebre Chikungunya (causada por un virus que transmiten los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, cuyo contagio es similar al del dengue) y en todos los casos se realizó el correspondiente bloqueo focal”, detalló el epidemiólogo.

En tanto, señaló que los cinco resultados pendientes pueden descartar o confirmar la presencia de algún caso aislado de dengue, pero esta información la darán a conocer los centros de referencia nacional.

Actualmente, el trabajo del personal de salud -sobre todo el de los agentes sanitarios- está enfocado en los domicilios que estuvieron anegados y en en la zona peridomiciliaria. “Utilizamos esta estrategia porque el Aedes aegypti es un mosquito que vive en los domicilios -explicó Calli- y por eso se recomienda cambiar todos los días el agua de los floreros y realizar el descacharrado (tirar todo objeto que pueda acumular agua de lluvia para impedir la reproducción del vector), la fumigación intradomiciliaria, de patios y de viviendas vecinas. Está científicamente demostrado que estas medidas son efectivas para prevenir y controlar el dengue, enfermedad para la cual no hay vacuna”, remarcó el doctor Cali.

Después del aluvión
Después del anegamiento suelen aparecer las consecuencias sanitarias y epidemiológicas de la inundación. Las más comunes, según los médicos, son: la contaminación de las fuentes de agua que favorece el desarrollo de males de transmisión hídrica, la migración de roedores, víboras, insectos y otras alimañas a los patios y viviendas; la formación de charcos de agua estancada que facilita la reproducción de mosquitos vectores, como el del paludismo, por ejemplo.

El regreso a casa
Antes de reinstalarse en las casas es necesario controlar cómo están las instalaciones eléctricas, y las de gas (natural o envasado). Las tareas de limpieza deben hacerse con precaución porque aumentan los riesgos de lesiones, debido a la variedad de residuos que arrastró y depositó el lodo y la correntada de agua, y la dificultad para su recolección. Es común que aparezcan muchos elementos cortantes: astillas de maderas, latas, vidrios, tablas con clavos y hierros herrumbrados y punzantes que pueden provocar lesiones importantes. De sufrir algún accidente casero o lastimarse en estas condiciones, lo mejor es concurrir al médico para recibir asistencia y el refuerzo de vacuna antitetánica