Es conocido que, cuando las tropas del general Manuel Belgrano, en marcha retrógrada desde Jujuy, atravesaban el territorio salteño, ocurrió un breve combaste a la altura del río de Las Piedras. Allí triunfaron los patriotas. La importancia militar del encuentro fue escasa; pero la influencia moral resultó grande, ya que reconfortaba el alicaído espíritu del Ejército del Norte.

El jefe narró el suceso al poder central, en oficio del 1 de setiembre de 1812, fechado en Las Piedras. “Ayer a las 2 de la tarde, cargó el enemigo en número de 600 hombres con tanta fuerza sobre mi retaguardia, que se mezcló con ella, y llegó al frente de mi posición, al sur del río de las Piedras casi a un tiempo”, empezaba.

“En consecuencia –seguía- hice jugar la artillería que se hallaba al mando del barón de Holmberg, y mandé que por el costado derecho saliese don Carlos Forest, capitán del número 1, con parte de la División de Cazadores que tengo a su cargo; don Miguel Aráoz, comandante segundo del número 6 por el costado izquierdo, con 100 hombres de Pardos y Morenos; y la caballería por el centro, al mando del mayor general don Eustoquio Díaz Vélez y de su segundo, el teniente coronel don Juan Ramón Balcarce”.

“Todos avanzaron con intrepidez, jefes, oficiales y tropas, y la victoria coronó sus nobles y generosos esfuerzos, poniendo en fuga vergonzosa al enemigo”. Este “dejó en el campo de batalla 2 oficiales, 50 fusiles y 40 soldados que se hicieron prisioneros; no habiendo tenido de nuestra parte más que 6 heridos, entre los cuales (estaba) el digno Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el capitán don Manuel Mendoza, 1 sargento y 1 soldado”.