¿Como evalúa el actual sistema de votación en Tucumán de boleta partidaria? ¿Considera usted que el robo de boletas el día de la elección constituye un problema para los partidos políticos en Tucumán? ¿Conoce el sistema de boleta única? ¿Conoce alguna provincia argentina donde se utilice? ¿Qué opinión tiene acerca de sus ventajas o beneficios que se le atribuyen en comparación con otros sistemas de emisión de voto? Estas son algunas de las preguntas surgen de un trabajo de investigación que realizó el Instituto de Estudios Sociales, Política y Cultura de la Universidad San Pablo-T, y que fueron respondidas por los referentes de los siete bloques políticos de la Legislatura. Del estudio se desprende que para los legisladores tucumanos, el sistema de boleta única es la modalidad más viable para poner en práctica, en contraposición con el actual sistema de acoples y de boleta múltiple partidaria.

El trabajo que fue realizado por Lourdes Jiménez Brito (directora), Christian Carrizo (investigador) y Benjamín Zelaya (investigador), intenta arribar a la solución de un problema recurrente durante los comicios provinciales: el robo de boletas partidarias y el fraude electoral.

Los preguntas fueron respondidas por los legisladores Roque Álvarez (Frente para la Victoria), José Teri (Frente Renovador), Nancy Bulacio (Partido de los Trabajadores), Federico Romano Norri (UCR), Ariel García (UCR), Fernando Valdez (UCR), José Páez (Democracia Cristiana), Alberto Colombres Garmendia (PRO) y Ricardo Bussi (Fuerza Republicana).

Según expresa el trabajo de investigación, cuando se les consultó si creían o no conveniente que Tucumán tenga un sistema de boleta única en lugar del actual sistema de papeleta partidaria, la respuesta fue prácticamente homogénea: los referentes de bloque consideraron que sí les parecía “conveniente y positivo” cambiar hacia la boleta única, pero dejaron en claro que esta posibilidad chocaba contra el actual sistema de acoples y con el mandato constitución que poner en práctica el voto electrónico. “Podemos agrupar las respuestas en dos grupos, donde solo el oficialismo no contestó directamente pero manifestó que ‘cree conveniente estudiar los distintos sistemas y adoptar aquel que se pueda compatibilizar con la normativa constitucional’. El resto de los bloques afirmaron que si les parecía conveniente y positivo pero que claramente chocaba con el mandato constitucional que establece el sistema de votación electrónica. También este grupo que si bien lo cree conveniente, considera que un sistema de boleta única (y también con uno de voto electrónico) se tornaría inaplicable e incompatible con el actual mecanismo de acople vigente en nuestra provincia”, señala un párrafo del trabajo de investigación realizado por Jiménez Brito, Carrizo y Zelaya.

“Sin voluntad política”

Tras el sondeo, los representantes de los partidos opositores reconocieron que, pese a que se instaló el debate por modificar el actual sistema de votación, no existe una voluntad política de cambio por parte del oficialismo gobernante.

El estudio agrega: “los bloques opositores reconocen que lo que hace falta es una verdadera voluntad política de cambio institucional, al que consideran muy difícil ya que identifican que el actual sistema (papeletas y acople) beneficia y otorga ventajas comparativas al partido gobernante. El Partido de los Trabajadores considera también que cualquier cambio o reforma política dependerá exclusivamente de la voluntad política de hacerlo”.

Ventajas y desventajas
Entre los pro que ofrece el sistema de boleta única, los investigadores aseguran que favorece la equidad partidaria en la competencia electoral: dado que todas las agrupaciones están presentes en una misma boleta electoral. También -consideran- permite luchar contra el robo de boletas y contribuye a disminuir el gasto electoral: la autoridad electoral imprime una cantidad de boletas levemente superior a la cantidad de electores.

Entre las desventajas, los autores del trabajo de investigación afirman que favorece el voto cruzado, hacho que pude debilitar la gobernabilidad del partido que obtuvo los cargos ejecutivos.