Carlos Mellino se emociona cuando habla de Tucumán. Revela que para Alma y Vida fue un bastión fundamental durante aquellos derroteros de los años 70, cuando la banda recorría el país regalando himnos con forma de canciones. Será por eso que a Mellino le gustaría encontrarse con el teatro Alberdi a tope esta noche. Después de 41 años Alma y Vida vuelve a la provincia. No es poco tiempo.

Magia. El cantante y tecladista de Alma y Vida apela una y otra vez a esa figura para ejemplificar lo que el grupo produce cada vez que se encuentra. Magia que se despega de los sonidos y embarga al público. Mellino promete un show mágico, ni más ni menos.

"Este es un regreso anunciado de Alma y Vida -afirma Mellino-. La banda no se separó ni por reyertas internas ni por divismo. Simplemente no podíamos seguir juntos. Pero éramos amigos desde antes y siempre hubo una admiración mutua. Por todo eso se produce una constante necesidad de estar juntos sobre el escenario. Además, esa magia de la que hablo se manifiesta en el contacto con la gente. Es difícil sustraerse a eso. No nos juntamos por una cuestión económica, no tiene nada que ver con el dinero. Lo hacemos para disfrutar".

Hagamos un poco de historia. Alma y Vida se formó en 1970 y ofreció una novedosa y rica propuesta musical, traducida en la fusión del rock con el jazz. Entre 1971 y 1974 grabaron cinco álbumes, de los que se desgajaron infinidades de grandes temas, tan buenos como exitosos: "Del gemido de un gorrión", "Hoy te queremos cantar", "Fantasía sobre los reyes magos", "Don Quijote de barba y gabán"...

Hubo una diáspora en la segunda mitad de los 70 y algunos retornos esporádicos, incluyendo un álbum en vivo -"Juntos otra vez"-. ¿Y ahora, Carlos?

"Tocamos los temas conocidos, más un par de temas nuevos -explica-. Con esto quiero ser cuidadoso, porque hablar de nuevas canciones implica proponer un futuro. Es cierto que estamos pensando en grabar otra vez, pero no en reabrir una carrera para alcanzar aquel éxito de los 70. No estamos pensando en competir con nadie".

Mellino es una pieza clave de Alma y Vida. Además de cantar y de tocar los teclados, de su inspiración surgieron varios clásicos del grupo. Anticipa un show típico de aquellas mágicas sesiones de los 70, con el lógico aggiornamiento técnico. "Hemos crecido como músicos -subraya-. Las canciones suenan como siempre. Cuando hacés versiones modificadas estás forzando la historia. El público quiere escuchar los temas con la frescura de aquellos tiempos. Eso hace interesante el hecho de mantener los arreglos originales".

¿Y tiene algún tema que lo conmueva más que los otros a la hora de la interpretación? "La magia y la satisfacción se conservan en cada tema -enfatiza-. Le faltaría el respeto al resto si elijo uno, pero si me ponen entre la espada y la pared confieso que me gusta mucho 'Del gemido de un gorrión'".

La formación que se presentará hoy en Tucumán incluye, junto a Mellino, a Bernardo Baraj (saxos y flauta), Mario Salvador (trompeta), Juan Barrueco (guitarra), Carlos Villalva (bajo) y Juan Cruz Donati (batería). El show forma parte del Julio Cultural Universitario, es con entrada libre y a beneficio del Hogar San Roque, por lo que se pide la colaboración de un paquete de pañales para adultos.

Después de confirmar que "Hoy te queremos cantar" está dedicado por Gustavo Moretto -el autor- al Che Guevara, Mellino se entusiasma hablando de su nuevo proyecto solista. "Me siento muy bien como cantante y eso me motivó a darle cauce a una vena de composición -explica-. Surgieron blues, baladas, temas que por ahí hace 10 años no salía. Se dieron circunstancias difíciles, como la pérdida de mi hermano (Esteban, fue músico y actor). Empecé a cantar y conté con la ayuda de mi hijo mayor, Esteban, en las letras. Hay una canción con mi hija, Bárbara, y hasta pienso incluir a mi nieta recién nacida. Es un gusto personal, pero el nivel de lo que grabo es muy importante".

A Mellino no le gusta buena parte de la música que se escucha hoy. Lo afirma desde su condición de figura fundacional del rock en el país. "Creo que en esa época había artistas y hoy hay productos -sintetiza-. Claro que hay jóvenes con buenas intenciones, pero si no vas a crear para sorprender y trastornar al público, mejor no hagás nada. Al músico joven le aconsejaría que trate de encontrar las raíces. Le diría: sentate y escuchá. Por ahí soy vehemente, pero la verdad es que vivimos épocas de gloria y hoy soportamos cosas bastante feas".