María José Radis está internada desde hoy a las 7 en el Hospital Garrahan, de la Capital Federal. Su mamá, Lorena Lizárraga, contó que llegaron ayer y que fueron recibidas por el equipo médico del nosocomio, donde, en las próximas horas le harán múltiples estudios para intentar dar con un diagnóstico certero sobre la extraña enfermedad que padece y que le impide un crecimiento normal.

A los 11 años, la nena mide apenas 91 centímetros y pesa 11 kilos. Además, no puede caminar porque sus huesos son tan débiles que se fisuran muy fácilmente. Sin embargo, sus capacidades cognitivas están intactas. "Yo estoy tranquila, pero ella está enojada, triste y me dice todo el tiempo que se quiere ir. Trato de calmarla y le pido que tenga paciencia", relató su mamá en diálogo telefónico con LA GACETA.

En realidad, lo que quiere María José no es volver ya a Tucumán, sino salir de paseo por Buenos Aires y conocer la ciudad. Sabe que en la puerta del hospital la espera un chofer puesto a su disposición por un tucumano con negocios en Buenos Aires, quien le ofreció su ayuda apenas se enteró del caso.

"No está comiendo, no quiere la comida del hospital, pero no porque sea fea, ¡sino porque quiere salir a comer afuera!", confesó Lizárraga, entre risas. A las 14 tendrá cita con otro médico, un especialista en huesos, y más tarde recibirá una visita muy especial: Franco Sosa, el futbolista tucumana que juega en Boca, se contactó con Lorena para conocer a su hija, quien está feliz ya que es fanática de ese cuadro.

La historia de María José y la rara enfermedad que le impide crecer se dio a conocer mediante una nota publicada en el suplemento "Nosotros lo hicimos", de LA GACETA, que fue escrita por cinco alumnos del penúltimo año del colegio Nuestra Señora del Valle, de Banda del Río Salí. Rápidamente aparecieron lectores anónimos en la recepción del diario, donando dinero (juntaron $15.000), medicamentos, alojamiento en Buenos Aires y hasta el chofer que estará a su disposición para movilizarlas. LA GACETA ©