La fecunda tarea que la tucumana Leda Valladares desarrolló en la música también fue reflejada en libros como "Cantando las raíces", en el que cristalizó su pensamiento sobre la vitalidad del canto folclórico.

"...Cantar no es gobernar un caudal aéreo o melódico. Es algo profuso y subterráneo. Caer en concavidades desconocidas y volver a la superficie con fuegos y metales, con picos y planicies, con savias y arenas...", escribió la artista en un fragmento de la publicación.

En otro pasaje, reflexionó sobre la importancia de preservar el concepto que reviste la expresión popular. "... Cuando el canto pierde rugidos y lamentos, magia y sabiduría ancestral, se perfeccionan proezas, la voz se decolora y se convierte en un juego estético o simple pasatiempo. Las triviales modas de lo popular, la solapada búsqueda de agradar al soberano y adormecer el gusto propalan todos los vicios del cantor aceitado y bucodental, así pasamos al canturreo híbrido que nos inunda y anestesia". (Télam)