Las consultas por salud mental se han multiplicado en la última década en todo el mundo. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, poca inversión, una mala gestión y la estigmatización son algunas de las barreras que se encuentran a la hora de enfrentar el fenómeno. Según la entidad, cada año, más del 30% de la población sufrirá algún trastorno de salud mental. Sin embargo, se calcula que la mayoría no recibirá el tratamiento adecuado.

El incremento en los trastornos de salud mental se relaciona a los cambios sociales que se vivieron en los últimos años, coinciden los expertos. La carga emocional y financiera para las personas y sus familias son enormes.

"Antes, en las consultas prevalecían problemas como las psicosis, las neurosis y las esquizofrenias. Tenían que ver más con el individuo. Hoy, en cambio, los males están más relacionados con la sociedad: tenemos más trastornos por violencia familiar, por fobias, angustia, pánico, estrés, adicciones y, principalmente, depresiones", explicó el psiquiatra Oscar Fiorio. Coincidió con él su colega Ángel Uslenghi.

Las personas con trastornos mentales siguen teniendo obstáculos para acceder a un tratamiento y los principales son el estigma social y la discriminación, señaló Uslenghi. "También hay trabas en los tratamientos. Para algunas obras sociales, te tenés que curar sí o sí en 30 días. Las coberturas son muy limitadas. En el trabajo, muchos empleados no quieren hacer terapia ni presentar un certificado por una enfermedad mental porque tienen miedo de perder su empleo", señaló. Marcela Lemaitre, jefa de la División de Salud Mental del Siprosa, comentó que desde 2007 la atención de la salud mental se convirtió en una de las prioridades para el sistema público, debido al incremento en la morbilidad de pacientes por esta causa. "Había una necesidad de dar respuesta a esta creciente demanda. En ese sentidos, buscamos mejorar la atención en todos los niveles, desde el nivel primario hasta los hospitales. Hay algunas cosas que debemos mejorar; por ejemplo, incrementar la accesibilidad de los pacientes a la atención de urgencia", reconoció. La funcionaria detalló que los programas provinciales apuntan a disminuir el impacto que tienen estas temáticas: conducta suicida, efectos de la violencia, adicciones, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos mentales severos, atención a poblaciones vulnerables: adolescentes en conflicto con la ley, y en contextos de encierro.