BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, manifestó desde China su "preocupación" por el tono "agresivo" del debate en torno al proyecto sobre matrimonio entre personas del mismo sexo, y aclaró que no se trata de "una cuestión de moral religiosa". Y añadió: "es preocupante escuchar expresiones como ?guerra de Dios? o ?proyectos del demonio?", tras remarcar que eso "nos remite a tiempos de la inquisición y medievales". La tensión entre el Gobierno y la Iglesia tuvo su pico el viernes, cuando, durante los Tedéum por el Día de la Independencia varios obispos señalaron que se está librando una "guerra cultural".
No al plebiscito
La Presidenta dijo que se trata de "mirar una realidad que ya está", tras quejarse del discurso "agresivo y descalificador" de la oposición. También criticó, sin mencionar, a la Iglesia al considerar que le parece "muy mal la utilización de los chicos en los colegios para embanderarlos en esta discusión". Además, descartó que el proyecto que será analizado por el Senado mañana se trate de "una guerra contra Dios" que remite a "la época de las Cruzadas", y se pronunció en contra del planteo de un "plebiscito".
La jefa de Estado hizo un llamado "a discutir y disentir en un marco de racionalidad, sin estigmatizar al otro porque piensa diferente" y "sin violar la Constitución". Aclaró que el despacho del Senado sobre la unión civil "viola la Constitución porque ya existe una media sanción de Diputados", por lo que consideró que la Cámara Alta, si no está de acuerdo, debe transformar" dicha iniciativa y devolverla a Diputados.
El presidente del bloque kirchnerista, el senador Miguel Angel Pichetto, presentó una impugnación al despacho de comisión en la misma línea de pensamiento expresado por Cristina, quien lamentó que se haya planteado en el artículo 24 "la objeción de conciencia", por el cual "te dejarían de atender por ser gay o lesbiana".
Vivir en sociedad
De inmediato, Cristina indicó: "no me gustaría vivir en una sociedad donde un funcionario decida si me atiende o no por mi elección sexual", y agregó: "tengo miedo que mañana diga que no me atiende porque alguien es judío, católico o musulmán". "Algunos incluso han planteado la posibilidad de un plebiscito, sin tener en cuenta que estarían plebiscitando un derecho de la minoría", afirmó en China, tras recibir un doctorado Honoris Causa, otorgado por la Universidad de Negocios y Economía de Beijing. Cristina aseguró que "sería una terrible distorsión de la democracia, donde las mayorías le negaran derechos a las minorías".
No es patrimonio católico
Con la sanción del Código Civil argentino, el único matrimonio posible era el del derecho canónico, tomado por Dalmasio Vélez Sársfield, y por eso se podían casar sólo por iglesia, por lo que en 1888 se reformó la norma para crear el "matrimonio civil", describió. Y agregó: "el matrimonio no es un invento del catolicismo, sino del Derecho Romano para ordenar las relaciones patrimoniales", tras recordar que los romanos "eran todos paganos y perseguían al cristianismo, hasta que se impuso como una de las religiones monoteístas más importantes del mundo". (DyN)