Se calcula que unos 150.000 autos circulan a diario por el microcentro de la ciudad. La consecuencia es que los sitios para estacionar están saturados. Ya no alcanzan las playas de estacionamiento habilitadas ni las calles donde está permitido dejar vehículos. El peor horario es la franja que va de las 10 a las 11 de la mañana. Es cuando se ve una gran cantidad de rodados estacionados en doble fila porque los conductores esperan que se desocupe un sitio. Algunos automovilistas cuestionan la prohibición de estacionar en el casco histórico de la ciudad. Otros piden que se restrinja el ingreso de vehículos al microcentro.