Estacionar en el centro, un desafío a la paciencia

Estacionar en el centro, un desafío a la paciencia

Las multas que se hacen por parar en zonas prohibidas se incrementaron un 24%, según un informe de la Dirección de Tránsito municipal. Sancionan a más de 530 conductores por mes. El año pasado fueron a parar al corralón 6.300 vehículos. Guarderías atestadas.

ODISEA. Ubicar un auto en el centro es una gran pérdida de tiempo. Además, no hay playas de estacionamiento suficientes para cubrir la demanda. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO ODISEA. Ubicar un auto en el centro es una gran pérdida de tiempo. Además, no hay playas de estacionamiento suficientes para cubrir la demanda. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
31 Mayo 2010
Pone el pie en el freno y lleva la palanca de cambio a punto muerto. Otra vez el tránsito atascado no le da respiro. Miguel Sosa baja la ventanilla. La luz del semáforo está en verde en la esquina de Junín y Mendoza, pero igualmente no puede avanzar. Mira por el espejo retrovisor a sus hijos y les pide bajar los niveles de ansiedad. Recién comienza su odisea. Unos 20 minutos más tarde, sigue dando vueltas por el centro en busca de un sitio para estacionar. "No hay lugar", realzan en grandes letras negras los carteles de las guarderías. Y los cordones de la vereda directamente no se ven.

La situación de Sosa es igual a la de cientos de conductores. Estacionar en el centro se convierte en un desafío a la paciencia. Encontrar un hueco, ya ni siquiera cerca del lugar pretendido, implica una búsqueda que puede llevar largos minutos. Las autoridades municipales admiten el desborde: las cocheras no son suficientes ante la superpoblación de vehículos.

Aunque siempre fue difícil aparcar en el área central, desde hace dos años la situación se agrava cada día más. En febrero de 2008, la Municipalidad capitalina prohibió el estacionamiento en el casco histórico (comprendido entre las calles Santiago del Estero, Jujuy-Salta, General Paz y Entre Ríos-Monteagudo). En todo este tiempo, no sólo aumentó la cantidad de vehículos que ingresa en el centro cada día, sino que casi no se abrieron nuevos espacios para estacionar.

Las guarderías no dan abasto, hay menos calles disponibles para estacionar y más vehículos que van al centro. La consecuencia es mayor cantidad de rodados en doble fila, autos sobre las paradas de colectivos y el incremento incesante de multas por ocupar zonas prohibidas. Por lejos, esta es la infracción más cometida por los automovilistas.

Según las cifras de la Dirección de Tránsito municipal, las actas por esta falta se incrementaron un 24% respecto de 2008. Por día, los inspectores sancionan a unos 30 conductores en promedio por infringir esta norma. Por ubicarse en la ochava, en doble fila, en paradas de ómnibus y de taxis, en áreas peatonales, en sitios reservados y frente a entradas de garajes, los agentes de tránsito sancionan a más de 530 conductores por mes. Además, durante 2009 fueron a parar al corralón unos 6.300 vehículos, casi 1.000 más que el año anterior.

Horas desesperantes

Si bien durante todo el día hallar un lugar para poner a descansar las cuatro ruedas se torna una tarea desesperante, la situación se agrava a la mañana entre las 10 y las 11. Las zonas más conflictivas son, lógicamente, las cercanas a la plaza Independencia, a los bancos y a las peatonales. No es raro encontrar, por ejemplo, en Maipú al 200 o en San Martín al 700, extensas colas de autos ubicados en doble fila, inclusive a la par de las paradas de taxis.

"No queda otra", se excusa Rodrigo Belmonte, mientras apaga el motor de su Ford Fiesta en Crisóstomo Alvarez al 800. "En esta cuadra están todas las cocheras repletas y no hay espacio para dejar el auto en la calle en cinco cuadras a la redonda. No me puedo ir más lejos, tengo que esperar que cobre mi madre; es una persona mayor que no puede andar deambulando con este frío ", explica el hombre.

Por la tarde, la sensación del rebalse de autos no es menor, especialmente entre las 18 y las 20, advierte Fernando Vera, encargado de una guardería. No tiene descanso. El joven intenta adelantar sus estudios en algún momento de la jornada laboral, pero pasa los minutos corriendo autos de un lado a otro. En la inmensa playa de estacionamiento, los vehículos están separados por escasos centímetros. Los conductores deben hacer maniobras muy precisas para evitar rayones o golpes en los rodados.

Según Vera, la falta de espacio en las guarderías también tiene una explicación: muchas cocheras han ido quitando lugares para los autos y camionetas y dejando más sitios para las motos. Les conviene más, ya que estos rodados pequeños ocupan menos espacio. Entonces, donde un automovilista paga $ 5 la hora entran seis motos que abonan cada una $ 3 la hora.

No sólo la restricción de estacionar en el área céntrica desbordó las guarderías. También se vieron afectadas por el impresionante aumento de edificios construidos en el microcentro, muchos de los cuales no cuentan con cochera propia, relató Miguel, de otra playa. La gran demanda en las cocheras repercutió en un incremento de tarifa. Cada año suben los precios entre $ 1 y $ 1,50. Por estos días, algunas cocheras ya aumentaron la hora, mientras que otras lo harán en los próximos días. En promedio, los autos pagan $ 5 la hora, las motos, $ 3 y las camionetas, $ 7. Abonar por mes cuesta entre $ 250 y $ 300.

"Esto no da para más", se queja Elena, una empleada bancaria. Sostiene que la única forma de encontrar un lugar para estacionar es llegar al centro entre las 7 y las 8 de la mañana y, a la tarde, antes de las 16. Los autos son tantos y el lugar tan escaso que a veces su fórmula no le dio resultado. Más de una vez se vio obligada a poner las balizas y quedarse en doble fila hasta que se liberara un sitio. Las peripecias para conseguir un espacio son demasiadas; tantas, que está pensando en abandonar la costumbre de ir al centro en auto y volver a usar el colectivo.

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