La desregulación anunciada por el Gobierno nacional vuelve a encender alarmas en la industria del vino. Los cambios impulsados por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que recortan funciones al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), motivaron la reacción de los productores. Cuatro entidades -entre ellas la Asociación de Viñateros de Mendoza- presentaron un recurso de amparo para frenar las modificaciones que, aseguran, amenazan la trazabilidad, la calidad del vino y la posición negociadora de los pequeños productores.
“Estas medidas nos dejan totalmente desprotegidos”, afirmó Eduardo Córdoba, integrante de la Asociación de Viñateros de Mendoza, en diálogo con LA GACETA. El principal punto de conflicto es la eliminación del SIU, el sistema que registra el ingreso de uva a las bodegas: peso, procedencia, variedad y tenor azucarino. “Ese es nuestro título de propiedad. Sin ese documento, entregamos la uva sin respaldo. Es inaudito e insostenible”, sostuvo.
Córdoba recordó que el INV cumplió históricamente un rol clave en el control dentro de las bodegas, incluso durante la recepción de la uva. La propuesta oficial elimina la obligatoriedad de esas inspecciones y limita el control al producto ya embotellado. “Los inspectores iban un domingo a la noche, un feriado, a la hora que fuera. Si dejan de ingresar a las bodegas, el bodeguero podrá poner lo que se le ocurra y nadie podrá verificarlo”, advirtió.
Según Córdoba, esto abre la puerta a manipular los registros de azúcar o incluso a mezclar varietales sin control. “Yo puedo llevar malbec puro y después mezclarlo con vinos de menor calidad… y venderlo como malbec. Sin trazabilidad, los inescrupulosos van a tener el camino libre”.
“Se lo dijimos en la cara a Sturzenegger”
El sector ya trasladó estas preocupaciones directamente al ministro. “Se lo dijimos en la cara a Sturzenegger. Nos escuchó, dijo que lo iban a estudiar, pero no hay predisposición”, señaló Córdoba. La denuncia judicial conjunta busca evitar un escenario de conflictos futuros. “Si esto avanza, vamos a terminar en juicios sin elementos probatorios. Va a ser un caos”, remarcó.
Mientras se acerca la cosecha, la incertidumbre crece. Las bodegas y los distribuidores llegan a la nueva temporada con stock acumulado y un consumo en ligera caída. “Va a ser una vendimia de normal a un poco menos. Los racimos están livianos y hay zonas con problemas. Pero lo más probable es que el bodeguero diga: ‘Vamos a pagar lo que pague el mercado’, y eso recién se sabe al final”, describió.
El desmantelamiento de los registros también afecta la corresponsabilidad gremial. el cálculo del llamado “impuesto al tacho”, que se basa en los kilos cosechados y permite regularizar los aportes de los cosechadores. “Sin un registro cierto, eso tampoco se va a poder liquidar. Es otro despropósito”, lamentó.
Minería y riesgo ambiental, otra preocupación
Aunque no está directamente vinculado a las funciones del INV, Córdoba advirtió sobre el avance de un proyecto minero en Mendoza y su impacto potencial en el agua. “Hay riesgo de contaminación. Los productos químicos pueden llegar a las napas en cuatro o cinco años. No estamos en contra de la minería, pero debe haber controles en el momento justo, no después”, expresó.
Un sector en alerta
Los viñateros coinciden: la desregulación sin controles puede romper un sistema que, con falencias, garantizó la calidad del vino argentino durante décadas. “No podemos denunciar masivamente estas prácticas porque atentamos contra la industria. Pero la realidad es que, sin trazabilidad, quedan habilitadas maniobras que perjudican al productor y al consumidor”, concluyó Córdoba.