Praia do Rosa se consolida como uno de los destinos más elegidos por los argentinos que buscan disfrutar de sus vacaciones en Brasil con precios razonables y un entorno natural único. Ubicada a 90 kilómetros de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, esta playa de tres kilómetros reúne morros selváticos, aguas llenas de olas ideales para surfistas de todo el mundo y un ritmo de vida que combina calma, diversión y una fuerte conexión con la naturaleza.
Con un centro pintoresco de subidas y bajadas, repleto de tiendas, bares y restaurantes de cocina internacional, el lugar se enciende cada tarde sin perder su identidad rústica. A diferencia de otros puntos turísticos de la región, Praia do Rosa mantiene una estructura baja y preservada: no hay edificios, por normativa local, para conservar su ambiente.
Yamila Lazzaroni, una argentina que vacacionó varias veces allí y finalmente decidió mudarse junto a su familia, le cuenta a LA GACETA cómo fue enamorándose del lugar hasta abrir su propia posada, Vibras Do Rosa.
“Rosa tiene cinco playas grandes y todas son distintas entre sí. Tenemos una lagoa que recorre todo el balneario y un centro pequeño, iluminado, rústico y rodeado de naturaleza. Todavía hay calles de arena compactada, morros verdes y vegetación por todos lados. Es como un pueblo, muy tranquilo, y se conserva muchísimo”, describe.
“La prohibición de construir edificios altos mantiene la esencia del paisaje. Se cuida todo: las casas, las calles, el centro. La idea es preservar lo que hace especial al lugar”, agrega.
Las olas son protagonistas en Praia do Rosa. El viento potencia las crestas y convierte esta zona en un punto de encuentro para surfistas que llegan desde distintos continentes, señala.
“Tenemos el Surfland, por lo tanto vienen surfistas de muchas partes del mundo y se hacen competencias. A las seis de la mañana ya están en el mar, así llueva. El clima lo permite: no hace frío”, cuenta Yamila.
Aun así, las playas siguen siendo aptas para bañistas: “Se pueden disfrutar todas”, resalta.
¿Cuánto cuesta alojarse en enero aproximadamente?, le preguntamos. Aunque las tarifas varían según ubicación y comodidades, nos ofrece un valor estimativo. Por ejemplo, una familia tipo (dos adultos y dos hijos), por nueve noches en enero pagarían desde 5.000 reales (un poco más de U$S900) en una unidad ubicada cerca del centro y a unos 20 minutos a pie de la playa, accediendo por trillas entre morros y paisajes que, asegura, “enamoran”.
A pesar de su espíritu rústico, Praia do Rosa cuenta con una buena infraestructura: tiene tres supermercado por cuadra, farmacias y comercios de productos naturales, restaurantes, bares nocturnos y propuestas artesanales. En dos años, inaugurarán un shopping. Cuenta con dos puestos de salud y un hospital a 40 minutos en colectivo, cuyo transporte es gratuito.
El ambiente es “muy holístico”, según describe Yamila: “la gente es muy amable, siempre te atiende con una sonrisa, sea temporada o no. Todo vibra bien; estás en paz”.
A la hora de hablar de gastos típicos para una familia o grupo de amigos, cuenta que , por ejemplo, una hamburguesa con una gaseosa cuestan desde 30 reales.
“Uno de los aspectos que más sorprenden a quienes visitan Praia do Rosa es la seguridad. La gente nativa es muy respetuosa. Se cuida mucho a la mujer y a los niños. La comisaría está cerrada la mayor parte de la semana porque no hay robos. Incluso los animales circulan libremente por las calles.