¿Y si tu mente también dejara de ser privada? Aunque las redes sociales, apps, buscadores y páginas web puedan solucionarnos en muchas ocasiones la vida, también tienen su consecuencia inevitable. Nuestros datos son también el alimento de tecnologías de inteligencia artificial y publicidad, haciendo de nuestro ámbito privado un lugar de acceso para desarrolladores, empresas y cientos de otros usuarios. Y este avance parece llegar también a nuestra redes neuronales.
Una startup de inteligencia artificial cofundada por un argentino abre una búsqueda de talentoEste 12 de noviembre los Estados miembros de la Unesco completaron la adopción del primer marco normativo mundial sobre la ética de la neurotecnología. Aunque esta ciencia pueda ser prometedora, existen lagunas legales donde la tecnología puede apropiarse de los datos que surgen directamente de nuestros pensamientos. Esta nueva medida busca asegurar la inviolabilidad de la mente y dirigir al progreso tecnológico por la vía de la ética y la dignidad.
Cada vez más apuestas en esta ciencia
La neurotecnología es uno de los campos de la ciencia más recientes y fascinantes. Apenas en fases de gestación, esta tecnología de vanguardia significó un avance enorme en campos como la medicina, con beneficios sumamente prometedores que van desde el alivio de la depresión hasta generar movimientos en personas con alguna discapacidad.
Un informe de la Unesco reveló un aumento del 700% en la inversión en empresas de neurotecnología entre 2014 y 2021. Este impulso no revela sólo la gran apuesta que significa este nuevo instrumento sino también la magnitud de los riesgos que puede implicar si detrás de ella no existe una regulación.
La necesidad de cuidar la privacidad de la mente
“La neurotecnología tiene el potencial de definir la próxima frontera del progreso humano, pero no está exenta de riesgos. Con la adopción de este nuevo instrumento normativo, la Unesco establece límites claros y consagra la inviolabilidad de la mente humana. Este texto encarna una profunda convicción: que el progreso tecnológico solo vale la pena si está guiado por la ética, la dignidad y la responsabilidad hacia las generaciones futuras”, informó en el comunicado Audrey Azoulay, Directora General de la Unesco.
La neurotecnología incluye herramientas que pueden interactuar directamente con el sistema nervioso para medirlo, modularlo o estimularlo. Mientras que su uso médico está estrictamente regulado, la neurotecnología en muchos casos sigue careciendo de regulación en otras áreas. Muchos consumidores utilizan esta tecnología sin saberlo, a través de dispositivos comunes como diademas o auriculares conectados, que utilizan datos neuronales para monitorear la frecuencia cardíaca, el estrés o el sueño. Estos datos altamente sensibles pueden revelar pensamientos, emociones y reacciones, y pueden compartirse sin consentimiento.
El nuevo aparato legal
El nuevo instrumento normativo de la Unesco pide a los gobiernos que garanticen que la neurotecnología siga siendo inclusiva y asequible, al tiempo que establecen salvaguardias para preservar la inviolabilidad de la mente humana.
Además de las infracciones de la privacidad mental, la Recomendación identifica otros riesgos, en particular para niños y jóvenes, cuyos cerebros todavía están en desarrollo, y desaconseja su uso con fines no terapéuticos. También advierte contra el uso de esta tecnología en el lugar de trabajo para monitorear la productividad o crear categorías de empleados, e insiste en la necesidad de consentimiento explícito y total transparencia.