Un pueblo escondido y una mina abandonada, situado en plena Sierra de los Comechingones, atrae a quienes buscan un destino de aventura. Este sitio único, conocido como Pueblo Escondido, se localiza a 25 kilómetros de Villa de Merlo, provincia de San Luis. Con una trayectoria minera muy especial y un entorno natural incomparable, esta antigua locación de extracción de tungsteno es un lugar imperdible para la gente que planea visitar la región.
La isla que desaparece dos veces al día: así es la vida en Mandø, el pueblo danés que resiste al marEl yacimiento minero abandonado data del siglo XIX, un tiempo de gran actividad industrial. Si bien la explotación de mineral terminó hace décadas, las instalaciones se restauraron a partir de 1995. Actualmente, el lugar funciona como un refugio de montaña, brindando servicios de hospedaje, zonas para acampar y gastronomía a los viajeros.
Historia y valor patrimonial del pueblo escondido llamado Pueblo Escondido
La trayectoria del Pueblo Escondido está totalmente ligada a la extracción de tungsteno, un metal de alta demanda internacional. La actividad cesó completamente en 1969, cuando la mina clausuró sus operaciones. El cierre se debió principalmente a la caída de los precios mundiales del mineral y a que los depósitos de mayor calidad llegaron a su agotamiento.
El pueblo se encuentra en el Cerro Áspero y originalmente se abastecía de agua gracias a tres arroyos circundantes. Durante su época de máxima operación, el sitio poseía infraestructura esencial, como viviendas para los trabajadores y un hospital. Además, el complejo incluía una planta de procesamiento de minerales, un surtidor de combustible e incluso un cablecarril.
¿Qué se puede hacer en Pueblo Escondido?
El acceso al lugar requiere una travesía emocionante, pues solo se realiza a pie o en vehículos todo terreno. Desde Villa de Merlo, el viaje abarca 25 kilómetros hasta llegar al puesto de Tono Albornoz, punto donde comienza la caminata. Desde allí, el recorrido a pie se extiende 4,5 kilómetros por senderos de montaña, demandando cerca de una hora y media de esfuerzo.
El visitante alcanza una altitud de 1.800 metros sobre el nivel del mar, y el trayecto ofrece vistas panorámicas espectaculares. El sitio conserva su esencia histórica y representa un espacio ideal para desconectarse y experimentar la aventura. Esta zona se posiciona como una opción muy atractiva, combinando perfectamente la historia de la minería, la naturaleza de la sierra y el turismo extremo.