Para "recordarle" al cerebro que debe funcionar de forma óptima, se necesitan aplicar estímulos cognitivos, físicos y de estilo de vida que reactiven la química cerebral y las conexiones neuronales. Aunque suene complejo, es más simple de lo imaginado y los beneficios serán enormes. 

“Cuando todo se vuelve automático, el cerebro deja de esforzarse por asimilar nueva información”, señala Loren. La neuróloga que explora la neurociencia tiene más de 100.000 seguidores en Tik Tok. El cerebro, explica, tiene una tendencia natural a aferrarse a la rutina. Lo hace porque repetir tareas consume menos energía, pero a la vez eso reduce el esfuerzo que el órgano dedica al aprendizaje. “Cuando todo se vuelve automático, el cerebro deja de esforzarse por asimilar nueva información”, explicó.

Por ello es necesario desafiar lo que suele hacerse todos los días. Romper con esa monotonía obligará al cerebro a prestar atención. No hace falta mucho tiempo, sólo una automatización consciente. Cambiarse el reloj de muñeca, lavarse los dientes o usar el ratón de la computadora con la mano no dominante, tomar una ruta diferente para ir al trabajo o a casa, son las actividades recomendadas.

Estos desafíos cotidianos activan la neuroplasticidad, la capacidad que tiene el cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales. Cuanto más se estimula este proceso, más eficiente se vuelve el funcionamiento cerebral. “No hace falta una vida nueva para sentirse más despierto -dice Loren-, solo un poco de curiosidad y apertura al cambio”.