Catalogado como "el país que no existe", Transnistria, sin embargo, registra una gran afluencia de turistas reales. A pesar de su estatus no reconocido como nación, este pequeño enclave entre Moldavia y Ucrania, donde la guerra acecha de forma incesante, se volvió el lugar más atractivo para los viajeros aventureros, que deben seguir instrucciones claras para poder descubrir la "tierra más allá del Dniéster".
Tensión EEUU-Rusia: Trump desafía a Putin y reinicia pruebas nucleares en respuesta a "Poseidón"La zona que hoy se conoce como Transnistria es una franja de Tierra de unos 200 kilómetros de largo y apenas unos pocos kilómetros de ancho en algunos tramos, situada en el margen izquierdo del río Dniéster. Desde el siglo XVIII que la disputa por esta tierra varía entre las manos del Imperio Ruso, luego de la República Socialista Soviética Autónoma de Moldavia y ahora por los deseos de autonomía, ya que Transnistria se autoproclamó república, aunque oficialmente no figura en ningún mapa mundial.
Transnistria, un enclave autoproclamado
Transnistria es un pequeño enclave de apenas 4.163 kilómetros cuadrados, con aires soviéticos, y que se convirtió en un destino atractivo para los viajeros aventureros, colándose en las listas de deseos de quienes buscan los lugares más curiosos e insólitos del mundo. Para llegar se debe cruzar una frontera inquietante, donde las tropas rusas están instaladas habitualmente y donde se debe realizar un esfuerzo por conseguir la moneda local que no se acepta en ningún otro sitio del planeta.
Transnistria se autodenomina república, pero oficialmente sigue formando parte de Moldavia . Esta estrecha franja de tierra a lo largo del río Dniéster declaró unilateralmente su independencia hace más de tres décadas, estableciendo Tiraspol como su capital. Sin embargo, su soberanía autoproclamada sigue sin ser reconocida por ninguna otra nación, según informó Outlook Traveller.
Un viaje por la época soviética
Según el Comité Estatal de Aduanas de la República Moldava de Transnistria (RMP), el número de turistas se ha duplicado en los últimos dos años. Un informe de 2020 estimó que alrededor de 20.000 visitantes acuden a Transnistria cada año, a menudo como parte de una excursión de un día desde Moldavia. Para atender a los viajeros, la RMP ha publicado su primera guía de viaje, disponible en ruso e inglés, que detalla las franquicias aduaneras, los artículos prohibidos y las instrucciones para introducir vehículos extranjeros en el territorio separatista.
El verdadero atractivo, según muchos, reside en su atmósfera de viaje en el tiempo. Tiraspol, la capital de Transnistria, es como pasear por un museo viviente de la era soviética. Bustos gigantes de Lenin, murales de realismo socialista y eslóganes políticos decoran calles y plazas, ofreciendo una experiencia surrealista que te transporta a otra época. En tu visita no debés perderte de la Casa de los Sóviets, donde un busto monumental de Lenin está flanqueado por enormes retratos fotográficos de figuras clave de la República Popular Democrática de Macedonia (RPD), ideales para una foto original y nostálgica.